Señoras y señores, la Final de ida fue una demostración del poderío, de la maestría y de la calidad que tiene Tigres como equipo de futbol.
Bien dirigidos, con buenos jugadores, con un porcentaje altísimo de posesión de pelota, que presiona en medio campo, aprieta arriba y se defiende bien.
Ante un equipo de Pumas que, para ser sinceros, como dijo Memo Vázquez, desaparecieron y se borraron del mapa.
No termino de entender qué le pasó a Pumas en la Liguilla.
Cerró aceptablemente la temporada, metió goles, se defendió, era un equipo, hasta cierto punto, agradable cuando jugaba futbol, con buenos jugadores, pero de repente en la Liguilla comenzó a tropezar.
Pasó con muchos problemas ante Veracruz, contra América envuelto en polémica, pero al menos hizo goles, cosa que contra Tigres no pudo ni siquiera acercarse a la portería de Nahuel Guzmán.
Mientras Tigres festeja el ya casi posible título, Pumas tendrá que guardarse su ideal de ganar.
Ni el mismo Memo Vázquez sabe qué pasó, son los mismos jugadores, pero sin lucha, sin ánimo, sin garra, sin actitud de por lo menos pelear un balón, de barrerse, de buscar quitar la pelota, de intentar hacer algo. Vamos, ni siquiera faltas y la única que no fue se las marcaron como penal. Pero así es el futbol.
Hay que aplaudir a Tigres que ha formado un gran plantel, caro, importante, por algo llegó a la Final de la Libertadores.
Tuvo altibajos en la temporada, pero en la Liguilla fue el mejor de todos, un serio aspirante al campeonato.
Aquellos que piensan con hazañas, ya no existen. Hoy en el futbol hacerle tres o cuatro goles a un equipo que es mejor es muy difícil.
Pumas debe despedirse de su estadio, de sus seguidores, dando pelea, regresando al Pumas de la temporada, si es que puede. Me da la impresión que algunos jugadores se relajaron demasiado con el liderato general y eso les afectó, yo creo que equivocaron la postura de ser líderes con el famoso gol para defender todo en casa, definir todo en CU, pero en la Final que no hay nada de eso, Tigres llega con una ventaja de tres goles.
Habrá estadio lleno, se escuchará el Goya, pero hasta ahí. Si Pumas gana 1-0 se dará por satisfecho, al menos cerrará bien en casa; si pierde, tendrá que despedirse con sabor amargo de CU después de una buena temporada y una pésima Liguilla.
A Pumas lo que se le pide es que cierre el torneo con honestidad, con orgullo, con la garra, con el coraje y con la ambición de haber sido un buen equipo de futbol.
SI no pasa algo muy muy complicado o un milagro Tigres será el campeón de este Apertura 2015.
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