Después del Waterloo del arbitraje en los Cuartos de Final, esperamos que los directivos de los silbantes hayan convencido a los funcionarios federativos que se deben de aplicar las reglas, pero también que sus subordinados las hagan prevalecer, incluidas las tarjetas, si se hacen acreedores a ellas los jugadores.
Por lo tanto veremos a Fernando Guerrero en el América-Pumas, deseando que haga a un lado su comodina costumbre de conducir los partidos, y que tenga la debida concentración en cuanto a las faltas reiterativas que cometen determinados jugadores, además de cuántas reciben otros, pues en el encuentro de Cuartos entre Veracruz y Pumas, los universitarios, de 19 faltas que cometieron, a Daniel Villalba le hicieron 9 (4', 10', 27', 33', 58', 63', 65', 90' y 91'); inclusive en el Clásico América-Chivas también adoleció de no percatarse de esa situación, ya que de 20 de los tapatíos, Omar Bravo cometió cinco.
Ojalá que ahora en el América-Pumas vaya prevenido, mas no predispuesto en ese aspecto.
Con respecto a Luis Enrique Santander, corrió con suerte porque le dieron la Semifinal entre Tigres-Toluca, ya que también influyó en el resultado Puebla-Diablos, al no sancionar el penal cometido por Aarón Galindo, quien empuja por la espalda a Flavio Santos al minuto 32.
Probablemente, como no le ha arbitrado a Tigres en todo el torneo, se decidieron por él. Ojalá tenga suerte y reivindique al arbitraje. Así que seguramente veremos para el regreso de las Semifinales a Jorge Isaac Rojas y José Alfredo Peñaloza, porque sería el colmo si ponen a los incondicionales del responsable del área técnica.
Por último, ¿saben cuántos partidos arbitró en Liguilla el asesor de este último partido, Julio Escobar? ninguno.
¿Qué le podrá recomendar al señor Santander? ya que sólo arbitró 14 encuentros en la Máxima División en seis torneos.
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