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Afuera los tramposos
Rafael Alarcón | 01-12-2015
en CANCHA
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"No existe un juego como el golf. Sales a jugar 18 hoyos con tres amigos y regresas a la casa club con tres enemigos".

 
Salir a jugar 18 hoyos y hacer un score que refleje nuestra habilidad y esfuerzo es un acontecimiento nada fácil de lograr. Más difícil podría ser completar una ronda sin violar ninguna regla del juego.

Las discusiones más comunes entre golfistas van de la mano con la aplicación de las reglas.

No podría presumir que sea o haya sido experto en el tema, pero sí decir que, cuando competía, las conocía bastante bien; y cuando no o tenía alguna duda, llamaba a un juez para que indicara el procedimiento. En el golf, el juez es amigo de todos los jugadores porque está para ayudar y protegerlo para que no se equivoque.

El golf tiene la gran cualidad que se puede jugar sin juez y deja a los jugadores aplicar las penalidades o pagar las consecuencias de su violación, por este motivo se le llama al golf un juego de caballerosidad. Los otros jugadores del grupo tienen la responsabilidad de prevenir o aclarar cualquier tema, duda o posible violación de cualquier jugador del grupo.

Existen los abusadores y los tramposos, algunos se aprovechan de la ignorancia y otros descaradamente hacen trampa. En mis tiempos de juego en la gira mexicana batallaba con algunos compañeros porque simplemente no les gustaba jugar como dicen las reglas y me acusaban de "reglista".

Pensé que estos enemigos de la profesión se habían regularizado dejando atrás esas viejas mañas, pero me cuentan que siguen en las andadas. Lástima que no les han podido comprobar alguna y que se escudan en esa nobleza de las reglas para probar que una trampa tiene que ser vista por el juez o por dos jugadores, ya que las reglas dan el beneficio de la duda al jugador acusado cuando la protesta es uno contra uno.

La aplicación correcta de las reglas es parte integral del score logrado, como lo es cada golpe pegado. Suena lógico que los jugadores las aprendan de la misma forma que lo hacemos para pegar el driver o el putt.

Los organismos rectores del golf nos dicen claramente que las reglas están hechas para que sea un juego equitativo. Las penalidades son únicamente por golpes erráticos del jugador o por hacer algo prohibido. Saber las reglas ahorra golpes y malos momentos; llevar en la bolsa un libro de reglas y usarlo es como tener un bastón adicional.

Los ignorantes de ellas y más los tramposos deben pagar las consecuencias de los errores y quienes las noten, decirlas, pues sólo así se puede proteger la longevidad de las buenas competencias.

Hasta el próximo green.

 
 
rafael.alarcon@mural.com
Twitter: @ralarcon2009
 
 
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