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El trabajo de Roberto García en Pumas-Veracruz confirma la mediocridad del arbitraje en este torneo, donde imperan las reglas particulares de los silbantes.

El gol con el que ganan los universitarios, el anotador está en fuera de juego sancionable y el asistente 2 no se percata.

Al 21' Gerardo Alcoba comete penal al meter la mano y no hay sanción. Al 28' Alan Zamora le pega a Fidel Martínez y no lo amonesta, al 35' Julio Furch merece la expulsión por plancha sobre Javier Cortés y sólo hay amarilla.

Al terminar el primer tiempo, más de medio equipo visitante le protesta (¿o lo insulta?) y este al tener cargo de conciencia no se atreve ni siquiera a amonestar.

Al 46' Zamora agrede con el codo a Eduardo Herrera provocándole una herida en la boca y no sanciona falta y al 63' Leobardo López empuja por la espalda a Herrera siendo un claro penal pero se acobarda y no lo sanciona.

Por más que sea el escudero número uno del responsable del área técnica esperamos ya no verlo en el resto de la Liguilla pues el futbol mexicano no merece este tipo de arbitraje.

¿O sí, señor González Iñárritu?