Sabor a gloria
 
Pues tuvieron que pasar nueve años, pero las Chivas por fin volvieron a levantar una Copa.

Muy molera para algunos, parecerá florero de tianguis de Tonalá y todo lo que quieran, pero este título le cae al Guadalajara en el momento que más lo necesitaba la institución.

Para una afición acostumbrada a la grandeza pasada, ya eran demasiados años de sinsabores y carrilla; pero sobre todo para Jorge Vergara este campeonato le significa credibilidad en sus decisiones y un estímulo motivacional, en el momento más álgido del conflicto legal contra Angélica Fuentes.

En lo futbolístico, más allá del sabido gusto por jugar que volvió a encontrar el equipo con "Martín" Almeyda, hay que destacar lo determinante que puede ser Raúl López, un jugador por cuya calidad simplemente no merece ser apodado "Dedos".

El futbol tenochca ha encontrado -por fin- entre 120 millones de mexicanos ¡a uno que sabe centrar! y en el balompié actual, tan cerrado y físico, un buen servicio puede cambiar el rumbo de un partido, como ocurrió anoche.

Para la polémica quedará la salida atrabancada y temeraria con los brazos arriba de Rodolfo Cota que para mí merecía la roja, pero que quedó en una simple amarilla del árbitro Jorge Isaac Rojas.

Ojalá que este título de Copa sea el inicio de una racha aún más positiva. La nación rojiblanca lo necesita. Su dueño también. Y al futbol mexicano ¡le urge!

 
 
Titánic rayado
 
En Rayados, el changarro se le está cayendo en pedazos a Antonio Mohamed.

Mucho estadio nuevo y todo, pero internamente ese equipo está más partido que el Titánic... y van directito al mismo destino.

Ayer en la práctica, Neri Cardozo le entró por detrás a Dórlan Pabón, quien se levantó molestó; se encararon, cabeza con cabeza ¡y que se arman los catorrazos!

La peor parte la llevó el argentino naturalizado mexicano, al que le florearon la boca, pero cuando llegó el resto del grupo dizque a separarlos emergieron los problemas que ya vienen acarreando.

Unos defendían a Cardozo, otros a Pabón, como sus compatriotas Edwin Cardona y Stefan Medina, y de pronto ya eran insultos de mexicanos contra colombianos, lo que desató un nuevo intento de bronca, que no llegó a mayores.

Le urgen cambios a ese equipo. Tanto en la cancha ¡pero más en los de pantalón largo!

 
 
Las formas
 
Las famosas formas del futbol fueron las que vinieron a tumbar del pedestal a Gustavo Matosas.

Aquella figura que trabajó en Querétaro y que ascendió al León con charlas motivacionales y una gran unión de grupo no fue el mismo que llegó al Atlas.

Yo sé que quizá ustedes no estén para saberlo, pero yo más que puesto para contarles que Matosas comenzó a cavar su tumba tras la goleada ante los Pumas en la Jornada 4 y en el triunfo ante el Puebla de una semana después, cuando armó una revolución en su alineación.

Varios jugadores se molestaron, no sólo por tanta cambiadera de jugadores y no sentirse "respaldados", sino porque Gustavo no hacía los viajes junto al equipo y muchas veces ¡ni siquiera comía con el plantel!

Esos códigos no escritos comenzaron a mermar la relación con los pateabalones, pero los más alborotados fueron los sudamericanos ¿se acuerdan que a Walter Kannemann ni siquiera lo llevó a la banca una vez?

Por cierto, ya que hablo de Kannemann, les adelanto que tuvo una plática hace unos días con el entrenador que lo trajo a México y quien le dijo que le gustaría llevarlo al club que hoy dirige.

Heriberto Ramón Morales asegura que Atlas quiere conservarlo, pero el vicepresidente atlista no cerró la puerta a venderlo a Europa si llega una buena oferta, aprovechando que tiene pasaporte comunitario.

Pues no sería de la Sampdoria, pero sí de La Noria de donde llegaría esa propuesta atractiva, pues Tomás Boy lo quiere para jugador del Cruz Azul.

Falta ver qué opina el técnico que arranque el próximo torneo.

 
 
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