"Una dificultad mayor para un jugador promedio es confundir el significado de la palabra 'concentración'. Él cree estar en concentración profunda cuando está simplemente preocupado".
Bobby Jones, golfista fallecido Cuando decidí ir a jugar el Tampico Open la semana pasada, sabía que me estaba metiendo en un posible lío al ver que la cubierta de viaje para mis bastones no había salido de la bodega en algo así como ocho años. Lidiar con las telarañas fue el primer reto.
El México Golf Tour ha despertado sin duda una inquietud importante a los profesionales que viven de la competencia. El millón y medio de premios que se reparten en cada uno de los 12 torneos son, sin duda, un atractivo. Quien juegue bien y gane, como lo ha hecho José de Jesús Rodríguez, puede tener buenos ingresos sin tener que viajar a otros países.
Para un servidor, el atractivo de los premios era una parte, la otra era sentir la realidad de la competencia en México. Mi juego sería una incógnita.
Más pronto que tarde salió a relucir que el tiempo fuera de los fairways cobra renta. Mis piernas reclamaron que no traía la fineza de la precisión. Eso de que el golf es 90 por ciento mental no es verdad, no se la crean. No es posible jugar nomás con buena concentración, se necesita llevar swing que responda a los golpes que demanda el campo.
Mi paso por el Campestre de Tampico fue corto y no me quedé a ver el triunfo de Roberto Díaz con ese score de 17 abajo del par; o sea que le hizo 20 birdies, un águila, tres bogeys y un doble-bogey. Con todo y ese fenomenal score ganó por sólo un golpe a Kenji Murayama.
Para el campo, que se compone de nueve de los hoyos más antiguos de México (con más de 100 años) y nueve hoyos construidos hace seis años, el score no es otra cosa más que reflejo del buen golf. La directiva del Campestre acogió muy bien el regreso del golf profesional al club presentando un campo con excelente reto. Dejaron crecer el rough y los greens estaban a velocidad muy rápida, en condiciones impecables.
El México Golf Tour es un proyecto que tiene varios objetivos, sin duda, el de generar buenas competencias en nuestro País siendo éste el más importante, además de buscar que los jugadores mexicanos y extranjeros se sientan estrellas y que nuestro México sea exportado al mundo latino a través de la benevolencia de la industria del golf con la producción de un programa tipo reality que podría ser visto por un potencial de 54 millones de televidentes.
Alazraki Sports, con experiencia en mercadotecnia, publicidad y producción de cine, está apostando a un proyecto muy innovador al vender más turismo de golf para México. Preparan un programa que se vería en el continente, en el que los principales protagonistas serán esas estrellas en creación y en su ambiente real. Los profesionales mexicanos mostrarán al mundo sus habilidades y las riquezas de nuestro México.
Y hablando de estrellas, vi una buena cantidad de caras nuevas, con swings educados y posibilidades de jugar golf de altura.
Hasta el próximo green.
rafael.alarcon@mural.com Twitter: @ralarcon2009 |