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¿Viene una crisis? (II)
Fernando Von Rossum | 30-09-2015
en CANCHA
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Amables aficionados: continuamos con los estrictos requerimientos de los mariscales de campo y su escasez.

Cada juego es un partido de ajedrez entre los coordinadores ofensivo y defensivo de los dos equipos, siendo el mariscal de campo y usualmente uno de los apoyadores los copartícipes de los coordinadores, con las facultades de ajustar dependiendo de las circunstancias.

El mariscal de campo recibe la jugada a ejecutarse y coloca a su equipo en la formación adecuada. Lo primero que hace es determinar quién de los contrarios jugará el sitio de apoyador central, porque esa es la base de cualquier ajuste.

Lo ven ustedes señalando con el brazo hacia la persona o sitio. En seguida observa la alineación defensiva para ver si es favorable a la jugada que se ha seleccionado, y si no, hace el cambio mediante señales auditivas y físicas. Durante ese tiempo ya ha determinado si alguno de sus receptores tiene la ventaja frente a frente al defensivo que lo cubrirá.

También tiene que anticipar las fintas o engaños que la defensa le está presentando tratando que caiga en una trampa desfavorable, así como intentará determinar si vendrá la carga, con cuántos, por dónde, y si en tiempo real o retrasada. Y todo esto que les hablo se tiene que hacer en unos 15 o 20 segundos.

Luego viene la entrega del balón por parte del centro. Al tomarlo, el mariscal de campo tendrá que determinar en el primer medio segundo si las cosas se están presentando como lo anticipaba, si la defensa está reaccionando como lo deseaba.

Luego, durante el siguiente segundo y medio, tiene que realizar su secuencia de receptores. Empezando por el primario, y si éste está cubierto seguir al segundo y si se puede al tercero, para finalizar con su válvula de seguridad, usualmente un corredor que sale a la zona lateral por pase.

Localizado el receptor a donde va a lanzar, tiene de medio a un segundo para poner el balón en un área de 30 cm por 30 cm, con un receptor en movimiento y usualmente seguido de cerca por el defensivo.

Muy pocos pueden hacer esto con consistencia, juego tras juego y año tras año, y pueden ustedes apreciar con claridad por qué hay tan pocos que lo pueden hacer en el primer nivel.

Y ahora viene el problema, debido a los cambios hechos en el futbol americano universitario en los últimos años. Eso lo vemos el domingo. Por ahora, hacemos una pausa...

 
fvonrossum@reforma.com
 
 
 
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IQA (1965) y MA (1967) por el ITESM. Inició como cronista deportivo en televisión (Canal 6) de Monterrey en 1964. Su trayectoria incluye crónica de partidos de fútbol americano profesional incluyendo 13 Súper Tazones; fútbol americano colegial de México y EU, tazones colegiales, Juegos Olímpicos, béisbol de las Grandes Ligas, tenis y básquetbol. Articulista y columnista de varios medios escritos, colaborador de Grupo Reforma desde 1998.
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