La misma baraja Carlos Bustos y la directiva de Dorados acordaron la salida del técnico, y la directiva ya sondea el mercado en busca de un relevo de experiencia, que pueda ayudarlos a salvar el proyecto.
Dicen que ya tuvieron algunos acercamientos con Luis Fernando Tena, pero también hay otro nombre que está sonando fuerte, Tomás Boy, quien también sacó del atolladero al Atlas.
En esto de la reciclada, nadie quiere mirar hacia otro lado, a pesar de haber estrategas que hacen muy buen trabajo en el Ascenso MX.
Los directivos prefieren "malo por conocido, que bueno por conocer", y por eso les va como les va con ciertos estrategas que venden espejitos y mucho verbo, pero a la hora buena nomás no entregan buenas cuentas.
Tena quería volver por la puerta grande, con algún club que aspire a los primeros lugares, y por eso es que a lo mejor todavía la está pensando con esta propuesta.
En modo amable Después de recibir palizas durante los días previos al Clásico por el lío que él mismo armó en el Guadalajara con el asunto de los hermanos José Manuel y Néstor de la Torre, Jorge Vergara salió como torero del Estadio Azteca al acabar el partido contra el América, y no me refiero a que saliera en hombros -como quizá muchos aficionados quieren sacarlo... ¡pero del equipo!- no, sino a que anduvo como partiendo plaza por toooda la zona de vestidores, tomándose fotos con cualquier "colado".
El tema es que el Vergara del sábado a las 19:00 horas fue uno muy distinto al que arremetió en la semana contra los De la Torre. Daba entrevistas, firmaba playeras, posaba para las fotos, saludaba casi casi de mano a quien se le pusiera enfrente, y hasta repartió besos y sonrisas.
Aunque en el aire quedó la duda de si en verdad todo era producto de su alegría por ganar el Clásico o parte de una intención por mostrar una imagen amable después de todo el escándalo en el que metió a su equipo por cambiar como lo hizo de entrenador.
Un traguito, por favor...
Vaya que tanto grito a sus jugadores y reclamos a los árbitros durante el Clásico entre América y Chivas del sábado dejó a Ignacio Ambriz con la boca más seca que un desierto.
Al terminar el encuentro en el Azteca, el técnico se dirigió a la zona de prensa para dar la conferencia.
En su camino vio que alguien traía una botella de agua entre sus pertenencias y soltó, con amabilidad, "¿no me podrías dar un traguito?", pero antes de que le pudieran contestar, reviró con un "no, cómo crees, es broma".
Lo que sí es que cuando respondió a los cuestionamientos se le notó con la voz muuuy ronca, como que más que agua le hacía falta un tequilita para relajar la garganta.
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