Moche auriazul Me comentaron de otro caso en que los "guardianes del orden" pidieron su "moche" o, mejor dicho, la tan popular "mordida", en los alrededores del Estadio Olímpico Universitario poco antes de que tuviera lugar el juego entre Pumas y Veracruz del domingo pasado.
Resulta que un integrante de la Porra Plus que apoya a los Pumas fue detenido cuando un trío de policías que daban su rondín por la zona del estacionamiento le cayeron justo en el momento en que iba a prender su cigarrillo, que no precisamente de marca, sino uno "especial", hecho con hierbitas, plantitas y algo de polvito blanco, vaya, de esos ingredientes que momentos después iban a hacer creer a nuestro amigo barrista que estaba en el Camp Nou viendo al Barcelona.
En eso, varios de sus cuates fueron en su auxilio y uno de ellos se puso en plan de negociador para tratar de que no se lo llevaran los agentes. Entre tantos ruegos, por ahí se escuchó una voz que dijo que los polis pedían "mil varos" y que había que hacer la coperacha.
Algunos dieron, otros no, y otros siguieron presionando a los de la SSP, hasta que varios billetes de 20 y algunas monedas quedaron en la mano de uno de los uniformados, y así de repente como lo agarraron, sólo le dijeron que se siguiera caminando para otro lado y todo quedaba en el olvido.
Los de la Plus se acercaron al "negociador" para felicitarlo por su intervención y éste se mofó de los azules orgulloso: "¡Y no eran ni cien varos lo que se juntó, ja ja ja ja!".
Mucho trabajo... y paciencia Vaya que Leandro Augusto se ha tomado muy en serio su nueva faceta como auxiliar técnico de Guillermo Vázquez en Pumas, en la que ha tratado de transferir todos sus conocimientos a la plantilla... aunque con pocos resultados.
Al ex contención se le ve constantemente practicando tiros al arco con algunos jóvenes y suplentes del equipo, entre ellos Luis Quintana, Silvio Torales, Alfonso Nieto y Kevin Escamilla.
El problema es que Leandro ha tardado en hacer que los jugadores agarren la onda con respecto al buen golpeo de pelota, pues de un estimado de 10 tiros, metieron a la portería uno o dos a lo mucho.
La diferencia es tanta, que Augusto mete al menos dos tercios de sus remates, por lo que constantemente se lleva los aplausos de los pupilos, que tienen la gran fortuna de practicar con una persona de carácter muy afable, porque si tuvieran enfrente a Ricardo Ferretti y sus finísimas mentadas, ya más de un chamaco habría soltado a llorar... y todo porque no logra pegarle bien a un balón.
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