"Los miro a los ojos, los saludo, les doy una palmada en la espalda y les deseo suerte, pero por dentro estoy pensando 'te voy enterrar'".
Severiano Ballesteros Yo sé quién desató el enojo de Donald Trump contra los mexicanos. El magnate millonario de los negocios inmobiliarios con campos de golf y que presume ser un gran golfista vino a Guadalajara hace varios años en busca de hacer negocios.
Es verdad que Trump es uno de los inversionistas más fuertes dentro del negocio inmobiliario y por su fuerte afición y conveniencia ha hecho relaciones entre la élite de las organizaciones del golf y con los mejores jugadores profesionales.
El enfoque principal de sus proyectos va dirigido a lo más alto de la esfera social y que puede pagar precios muy elevados por su oferta; con el tiempo ha creado o renovado al menos 17 buenos proyectos en Estados Unidos, Escocia, Irlanda y los Emiratos Árabes con un valor superior a los 2 mil millones de dólares.
Su estrategia de asociación mercadológica es llevar torneos y eventos renombrados a sus campos. El Abierto Británico se ha jugado en Trump Turnberry Resort; en el Trump National Doral, de Miami, se juega el Cadillac Championship (PGA Tour). Otros eventos están o estaban programados para sus proyectos, como el PGA Grand Slam del Golf que se jugaría en el Trump National Golf Club, de Los Ángeles.
El eco de su postura "agresiva y discriminatoria" contra los mexicanos fue una que no podía dejarse pasar en el medio de golf porque asociaciones como el PGA of America, la USGA o la PGA Tour están obligados por estatutos a tener relaciones comerciales con quienes tienen políticas abiertas.
Las declaraciones radicales o del tipo discriminatorio son tomadas muy en serio, así vengan de un socio que quiere ser presidente de EU.
Estas asociaciones han retirado torneos y ya no albergan donde se discrimina contra la admisión de mujeres o negros.
Mientras el PGA Tour ha sido muy cauteloso en tomar una postura pública por el momento y ha pedido a sus jugadores reservarse al respecto, las repercusiones contra Trump están empezado a surgir.
Por lo pronto, el PGA Grand Slam of Golf ha sido cancelado con el argumento de que no había tiempo para preparar la logística del torneo que sólo juegan los ganadores de los cuatro torneos "Majors", jaja...
La realidad es que así es como hacen las negociaciones para limitar el "control de daños" e ir de poco a poco alejándose de las relaciones nocivas. Mientras no se retracte Trump, y si lo hará cuando su campaña a la presidencia tome más seriedad, veremos que el canal de élite de golf le tendrá marginado o limitado.
Bueno, y regresando a esa visita, y por darle gusto a su estilo de mezclar negocios de la mano de un match en el campo (Las Cañadas CC), pidió jugar con alguien que le diera pelea.
Invitaron a Jaime Diaque (profesional) y a un servidor; yo no pude asistir, pero Diaque sí le jugó y le ganó 500 dólares en los 18 hoyos. Después le pregunté cómo le había ido y me dijo: "viejo m..., es creído hasta la madre, no para de hablar y es bastante más malo que el siete de handicap que dijo tener". Le pregunte: '¿te pagó?' "Se quiso hacer p..., pero no lo deje salirse con la suya, ¿quién se cree que es?" Así que ya saben por qué no le caemos bien los mexicanos y por qué no es una persona para tomar en serio.
Hasta el próximo green.
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