Ponen de su lana Para ser seleccionada nacional hay que invertirle.
Resulta que ahora que el cuerpo técnico de la Selección Femenil citó a las primeras 30 jugadoras, reclutadas luego de una convocatoria realizada en diciembre, estas chicas han corrido con todos sus gastos de traslado para llegar al Centro de Alto Rendimiento, donde entrenan un par de horas, tratando de llenarle el ojo al técnico Leonardo Cuéllar.
Con esto yo me preguntó si no habrá por ahí otros talentos que no tengan la solvencia económica para venir al CAR, y se estén perdiendo de esta oportunidad por falta de lana, porque ahora resulta que sólo las que tienen para sus pasajes, comidas y hasta para hospedaje, son las que tienen oportunidades de quedarse en el Tri.
Luego de saber de esto, no encontraré justificación a que salgan mañana a decir que en México no hay talento para las Selecciones femeniles y una vez más vayan corriendo por las méxico-estadounidenses, cuyos currículums por cieeeeerto llegan solitos y sin necesidad de que vengan para hacer pruebas.
Los intocables Dirigir a la Selección Mexicana siempre ha sido como agarrar una papa caliente... y más ahora.
Más allá de dar resultados y cumplir con objetivos, el valiente que agarre definitivamente el puesto de entrenador del Tricolor tendrá que ser muy astuto a la hora de trabajar con los egos, porque hay jugadores que están trepados en un ladrillo como de 30 metros.
Dicen que los europeos cada vez son un grupo más sólido, pero sólo entre ellos.
La gran bronca es que los propios dirigentes del Tricolor han propiciado que los futbolistas se sientan intocables, al encerrarlos como en un búnker y restringirles hasta el contacto con el público, al grado de que en Estados Unidos ha sido más fácil ver a los jugadores de Argentina que conseguir un autógrafo o una foto de, digamos, Diego Reyes.
Así, ¿cómo quieren un equipo de verdad?
CU no es territorio pa'l cel...
Vaya que Dennis te Kloese vivió el pasado viernes un calvario en Ciudad Universitaria, y no por la derrota del Tri Sub 22 ante Pumas, sino porque no podía hacer una llamada al no tener señal en su celular.
Cualquiera que va cada 15 días al Estadio Olímpico Universitario sabe de lo que hablo, pues la casa felina es un sitio donde la señal de la red celular no es mala, sino malíiisima.
Cómo se le puso la cosa al coordinador de Selecciones Menores, que una vez acabado el partido, afuera del vestidor visitante se le veía bastante agobiado tratando de hacer su llamada sin ningún éxito.
Fue tal su desesperación, que hasta levantó el celular al cielo como esperando que Dios le diera señal, pero eso no sucedió y de plano optó por salirse del estadio al estacionamiento, donde finalmente su teléfono "revivió" y pudo hacer su llamada, que supongo era importante por el esfuerzo que invirtió para hacerla.
san.cadilla@reforma.com |