'El Pulques' Ahora desempleado, Miguel Herrera desde niño fue un tipo cargado de suerte y fortuna para el juego, pero también condenado por su temperamento y explosividad desde el barrio.
Varias de las calles de la Colonia San Lucas en Coyoacán, fueron escenarios de las travesuras y peleas del "Pulques", otro de los apodos que tuvo Miguel en sus inicios.
Y no por que fuera un bebedor de la etílica y capitalina bebida, sino porque así le pusieron sus amigos de la Escuela Nacional preparatoria N. 6 de la UNAM.
"Pulques por blanco y baboso", relató Mauricio Ocampo, uno de los mejores amigos del estratega.
Afortunado en el juego, porque en la cancha en su barrio le distinguían por su carácter y determinación, con lo cual suplía la posible falta de talento.
"Le decíamos 'eres medio güey para jugar', era entrón, pero no tenía técnica, había varios jugadores que jugaban bien de aquí de la Colonia San Lucas, pero les ganó el desmadre, el vicio", relató Ocampo, quien luego se convertiría en socio de Miguel, cuando ambos abrieron una churrería en el barrio.
Una vez en un partido de la Prepa, un tipo le dijo "chaparro pend...", algo que Herrera no olvidó y a la siguiente jugada, aún siendo delantero le pegó una dura patada al tipo que casi desató una batalla campal.
"Era de mecha corta, pero por las buenas, un tipo noble".
Sus amigos atestiguaron célebres peleas callejeras.
Algunas veces con moretones, pero los rivales terminaban con sangre en la nariz o con patadas en el estómago.
Herrera es amante del mole de San Lucas, de los tamales, de la pirotecnia y se casó con Claudia, su primer amor de adolescente y compañera de la Prepa.
"No perdió nunca su personalidad sencilla aún ya de profesional cuando jugaba para el Atlante. Siempre le gustaba venir al Barrio aún cuando se cambió a vivir a Xola" recordó.
A sus allegados no les sorprendió del todo la brutal barrida sobre el hondureño Dolmo Flores, en abril de 1993, para cobrar justicia por su propia mano luego de recibir un cabezazo.
Ese episodio le costó quedar fuera de la Selección Nacional para jugar el Mundial de Estados Unidos, justo cuando vivía su mejor momento como defensa lateral.
"Decía que no le caía bien a (Miguel) Mejía Barón y de ahí lo agarra, no se llevó bien con él y agarró de pretexto eso, que cómo iba a llevar a una persona agresiva", explicó Ocampo.
Años después el propio Mejía Barón reconoció que aquella acción violenta del "Piojo" influyó para no incluirlo en el Mundial del 94.
Algo que Herrera nunca le perdonó y ya incluso como técnico, hasta lanzó una declaración en una conferencia en la que ponía en duda las preferencias sexuales del ex seleccionador.
"Hoy en día me queda claro que le gusto, por sus desviaciones sexuales, de seguro le gusto porque no para de darme (...) Nunca tuve una buena relación con él", dijo Herrera en el 2012.
Incluso, en 1994 tuvo otro altercado en León cuando era entrevistado en la cancha del Nou Camp, al sentir el roce de un fotógrafo que pasó detrás de él, se le dejó ir a patadas hasta patearle la cara ya tendido en el césped.
El fotógrafo en realidad era un taquero entre semana y en los días de partidos, fungía como reportero gráfico aficionado a La Fiera.
Después de ese episodio en aquella tarde, al volver al Distrito Federal, el "Piojo" lo primero que hizo fue acudir a su negocio en Coyoacán.
"Luego luego se vino a la churrería", relató Mauricio Ocampo, su amigo y socio en el proyecto.
"¿Qué pasó?'. 'No, pues que desconté a un güey que llegó y me pateó, pero ya ves cómo es la prensa'".
A unas semanas de que se anunciara la convocatoria para el Mundial de 1994, Herrera presentía que ese episodio podía marginarlo de la Selección Mexicana, como al final sucedió.
Herrera siguió su carrera en México, pero ya famoso por su temperamento.
Una vez en un partido entre Atlante y Necaxa, Efraín Herrera, el famoso "Cuchillo" quien jugaba para los Rayos y también entrón para las broncas, le dio una entrada fuerte con una pinza que levantó al "Piojo".
"Nada más de ver cómo se levantó con aquella mirada desconectada y encendida, le dije, 'tranquilo, tranquilo, ahí muere", relataría el veterano años más tarde.
Como entrenador, a Miguel le gusta lo bueno y por ello desde que comenzó a dirigir, optó por imponer moda con peculiares modelos de trajes y colores, todos de las mejores marcas.
"Llegué a tener más de 60 trajes distintos, desde Ermenegildo Zegna y hasta Tommy Hilfiger", confesó en el 2008, cuando dirigía a los Tecos.
Incluso en su estancia en Guadalajara tocó otra vez la fortuna en el juego, pero ahora no en las canchas, pues mientras sus emplumados andaban en mala racha, él gracias a su afición por las máquinas de juego en los casinos, una noche le pegó al premio máximo y se sacó 1 millón 300 mil pesos.
Sin embargo, también como estratega llegó a confesar que sembraba odios y rencores, al guardar recortes de periódicos o las columnas en las que ponían en duda su capacidad para dirigir.
"Al principio de ser técnico, todos los periódicos, todos los comentaristas, todo lo que había en el futbol, era darme con todo a mí y a Toño García (dueño del Atlante), que si el equipo se iba a ir (al descenso), y yo junté muchas cosas de eso, los recortes, grabé muchas cosas en mi cabeza y dije 'cuando esto cambie, cuando les demuestre que tengo capacidad, a todos se los voy a restregar en su cara', después me fui dando cuenta de que esa estupidez no me llevaba a nada. Todo eso que guardé en su momento, lo tiré a la basura, me estaba haciendo más daño yo solo", declaró en el 2009.
Nadie pensó que esa declaración sería quizá un aviso de que Herrera en algún momento no podría dejar pasar alguna crítica y explotaría como le ocurrió ahora ya como seleccionador.
El episodio con Christian Martinolli no sólo tuvo aquel aviso de la conferencia llegando de Copa América, cuando dijo, "sólo hay un pend.. que me tira y me lo voy a topar para aclarar con él".
No pasaron cuatro semanas para que ese encuentro se diera y detonara en el golpe que provocó su desahogo, pero también su final como estratega del Tri.
Ahora el "Pulques", el "Güero", o el "Piojo" como todo México le conoce, debe estar replanteando de nuevo aquello que en 2009 reflexionó.
El guardar rencores sólo le dañó en su carrera.
Habrá que esperar si vuelve a ser el de siempre.
- Herrera siempre ha sido muy cercano a sus hijas, como lo muestra esta foto del 2003, cuando era DT del Atlante, con Mishelle.
- Entre los múltiples altercados de "El Piojo" está el del 2006 cuando el entonces entrenador de Rayados se peleó con Richard Núñez, jugador del Cruz Azul, en un amistoso.
- Desde niño el ex futbolista posee un carisma especial y en todas sus etapas ha presentado looks con las últimas tendencias de la moda.
Mail: san.cadilla@mural.com Twitter: @SanCadilla |