Dios los hace...

 
No cabe duda de que cuando dos partes se identifican en sus metas y sus alcances, puede existir una rica historia de amor o al menos de amistad.

Lo que les voy a comentar no tiene el tinte amoroso precisamente, pero sí de buenas relaciones, así casi casi como que dos personas se vieran una a otra y dijeran "¡pero cómo nos parecemos!".

Resulta que al Cruz Azul, o a quien organizó la presentación del uniforme del equipo para el próximo torneo, se le ocurrió invitar a tres atletas mexicanas que alcanzaron medalla en los Juegos Panamericanos de Toronto y lucieron las camisetas azules del club, así como para decir que ellas son de casa.

Y sí, tal pareciera que sí, porque habrá que aclarar que las atletas fueron Vanesa Zambotti, quien ganó la plata en judo, y tanto Samantha Terán como Edna Carrillo, que se adjudicaron el bronce en squash y judo, respectivamente.

Vaya, competidoras que con todo y su preparación y esfuerzo, y que han estado ya en un sinnúmero de competencias internacionales, no llegaron al oro, precisamente como le pasa desde hace casi 18 años al Cruz Azul, que a pesar de tooodas sus buenas intenciones, al final se queda ahí, a la orillita del título y ya ostenta el del "subcampeonísimo" por tanto segundo lugar.

Pudiendo llamar para su presentación de vestimenta a alguien que haya ganado oro en los JP, tal parece que La Máquina ya tomó cariño a los que quedan en segundo o tercero, como esas historias de afinidad y... donde la sangre llama.

 
 
 
 
Sin casa
 
 
Me dicen que las cosas no han sido fáciles para Javier Güémez, el único refuerzo que llegó al América para este torneo, porque desde que se reportó con el equipo apenas ha tenido tiempo para ver todos los detalles de su mudanza, y a unos días de arrancar la participación de las Águilas en Liga, todavía no tiene casa.

Al ex jugador de Xolos le agarró por sorpresa la transferencia y luego, cuando pensaba que todo iba a fluir relajadamente, le cayó el llamado para la Copa América.

Total que nomás pudo tomarse unos días para cumplir con su boda, y ahora ya le volvieron a agarrar las carreras, porque con la gira por Estados Unidos y la semana llena de compromisos, entre dobles entrenamientos y presentación de la firma patrocinadora, menos ha tenido tiempo de ir a ver opciones.

Además, tampoco ha podido hacer mucha amistad para que le pasen tips o contactos con inmobiliarias, pues me dicen que no es un muchacho serio, sino lo que le sigue, extremadamente introvertido.

El único que ha tratado de ayudarlo y comprender su carácter huraño es su ex compañero en Xolos, Darío Benedetto, quien tampoco va a poder ayudarle mucho en su búsqueda porque debutó hace unos días como papá. Ni modo, creo que Güémez tendrá que quedarse en el hotel otras dos semanas.

 
 
san.cadilla@reforma.com