Puede parecer increíble, pero el gol anotado por Francisco Valdés aquel 21 de noviembre de 1973 en el Estadio Nacional de Santiago, significó la clasificación de Chile a la Copa del Mundo Alemania 1974 pero es, a la vez, conocido y recordado como: "el gol más triste de Chile".
Sí, porque no había rival, aunque hubo público, árbitro, himno nacional, uniforme chileno, sangre, presos políticos y un avance que tras el silbatazo, culminó, sí en el gol de Valdés, pero sobre todo en lo que se considera desde ese día como una farsa.
Septiembre 11 de 1973 es una fecha muy significativa y triste para todo chileno: es el día en que Augusto Pinochet encabezó el golpe de estado que resultó en la caída y muerte de Salvador Allende en el Palacio de la Moneda de Santiago. El inicio de una de las peores dictaduras de Latinoamérica que se prolongó hasta marzo de 1990.
Chile y la URSS debían jugar un Repechaje por un boleto a la Copa del Mundo 1974, justo en el mes de la violenta transición. Precisamente el día del caos, la Selección chilena debía iniciar su viaje hacia el Repechaje, con una gira previa que incluía México. Gobiernos socialistas amigos hasta antes del golpe de estado, pero el Presidente soviético expulsó a los funcionarios chilenos y cerró su embajada tras romper relaciones con los golpistas. El partido de ida finalizó 0-0 en Moscú. El de vuelta, agendado para el 21 de noviembre, nunca se llevó a cabo por la negativa de la URSS a viajar hacia Chile un día antes de la fecha: "Por consideraciones morales de los deportistas soviéticos, no pueden jugar en este momento en el Estadio Nacional, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos", es posible leer en "El futbol y la guerra", de Luis Felipe Silva.
La edición 44 de la Copa América 2015 llegó al país exacto en el momento justo que mejor futbol desarrollaba Chile en Sudamérica. Categóricamente La Roja obtuvo su primer título, no sin varios tropezones en el camino, más de corte moral que futbolístico.
El fantasma de aquella oscura clasificación a la Copa del Mundo en el Estadio Nacional ha permanecido cerca de medio siglo en un país apasionado por el futbol que, hasta el pasado 4 de julio pudo, por fin, celebrar un título tras 99 años de la justa continental y en el mismo recinto de aquella triste celebración del 73.
Puede parecer excesivo, pero el penal anotado con toda suavidad por Alexis Sánchez al portero argentino Romero, el 4 de julio de 2015 en el Estadio Nacional, liberó el furor, el dolor de una dictadura y la energía acumulada de todo un pueblo por demasiado tiempo...
Cuarenta y dos años después por fin los chilenos pueden presumir de cambiar el gol más triste por "el penal más festejado de Chile"... en el mismo estadio, en la misma portería, pero esta vez sin sangre, sin militares, sin ametralladoras y sin ninguna farsa.
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