Por confiado Bien dicen que, con el dinero, si no es por escrito no hay acuerdo que valga. Si no, pregúntenle a Matías Vuoso.
El delantero se encuentra más que enojado porque la directiva del Atlas le debe tres meses de sueldo y busca que le paguen ya.
Ha hablado en varias ocasiones y, al estilo de la antigua administración, "ven en 15 días"," ven mañana", "te hablamos la siguiente semana", "para el último de mes queda". En fin que traen al "Toro" como al chinito, "nomás milando".
Lo que más duele a Vuoso es que confió en la dirigencia de los Rojinegros, pues cuando tuvo todo para ingresar su controversia a través de la Comisión del Jugador, decidió no hacerlo al creer en su palabra.
No hay forma en que pueda obligar a los Zorros de pagarle ya, pues no corren el riesgo de no comenzar el torneo si no lo liquidan, dado que no hay queja.
Hoy estoy seguro que el naturalizado mexicano se da de topes por no haberlo hecho, porque también Jaguares de Chiapas le debe lana.
Las cosas están complicadas para el jugador, y más le preocupa que aún sigue sin equipo en México, donde se quiere quedar antes que irse al futbol asiático, estadounidense o sudamericano.
Por ahí el Cruz Azul no le hace el feo, pero con el Atlas no se ha acercado.
Vaya que el tema es complicado.
Viaja más tranquilo El que se pudo ir más tranquilo a Estados Unidos para la gira de amistosos que sostiene Cruz Azul fue el mediocampista Cristian Giménez.
Resulta que el "Chaco" anduvo preocupado porque su mamá Mirta enfermó desde hace tres semanas, justo cuando arrancó la pretemporada de La Máquina.
Giménez, tan profesional como siempre, se integró a los entrenamientos celestes con la mejor cara, pero pendiente de su madre, a quien tuvieron que operar de emergencia.
Por eso, el naturalizado mexicano anduvo un poco serio en las prácticas, pero afortunadamente para él, su progenitora mejoró justo cuando el plantel estaba por salir hacia el país vecino para continuar con la pretemporada.
Enhorabuena para el "Chaco" y su mamá, porque, a pesar de la distancia, siempre estarán juntos y al pendiente.
Se pone sus moños El argentino Rubén Botta, jugador del Chievo Verona, está perdiendo la carrera para llegar al Pachuca porque se ha cotizado como si su apellido fuera Zidane.
Dicen que al futbolista no le ha bastado con conocer el proyecto de los Tuzos ni con una buena propuesta económica.
Al enterarse de lo que ganan en México, y a sabiendas de que a sus 25 años aún tiene cuerda para rato y de que el equipo está interesado en un "10" como él, se ha puesto sus moños como alguna vez lo hizo su compatriota Germán Cano, quien finalmente dio buenos resultados después de decir varias veces que "no", pero terminó disfrutando de las mieles de la Bella Airosa.
Y en ese estira y afloja, y ante un club que tiene el colmillo largo y retorcido cuando de negociar se trata, el Pachuca ha empezado a sondear el mercado y a buscar otras alternativas, como el argentino Mauro Zárate.
A ver si Botta no se acaba arrepintiendo, porque mientras espera sentado una oferta millonaria, en una de ésas le comen el mandado.
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