Existen dos maneras posibles de ver el partido de la Selección contra Costa Rica.
La primera de ellas tendría que ser con gran preocupación por el primer tiempo que brindó el equipo: parecían intelectuales jugando por primera vez al futbol y no los integrantes de la famosa Selección "A", cuyos superhéroes tendrían que acudir al rescate del "Piojo" Herrera.
Desconcentración total, falta de cohesión en las líneas, extravió en todos los sectores empezando por la portería y una gran dosis de fortuna que impidió recibir por lo menos un par de goles más.
El equipo jugaba como en los peores momentos de la Eliminatoria para el Mundial. No había contención en el medio campo y en cambio existía un número excesivo de defensas y delanteros. Miguel Herrera tomó literal el sentido de los partidos de preparación: sirven para intentar cosas.
La segunda manera de interpretar lo sucedido es bastante más optimista: si el técnico nacional vio cómo dejó de funcionar lo que estaba bien, lo que ya se dominaba, entonces jamás lo volverá a intentar. Y el no hacer esas cosas en un partido oficial ya es ventaja a estas alturas de la presión.
Los ajustes del segundo tiempo dieron orden al Tri y volvió a ser lo que recordábamos: un conjunto sólido, colectivo, con futbolistas que saben jugar. El empate supo bien después de la catástrofe del primer tiempo. Se le vio la calidad que de repente desaparece por diferentes causas, incluyendo la naturaleza del ensayo.
Este miércoles tendrá el Tri su último ensayo contra Honduras antes de la Copa Oro, en la que encontrará rivales seguramente más duros que Cuba, contra la que hace su presentación.
La presión va en incremento porque la Copa América, con todos sus atenuantes -esos que podemos ver o podemos no querer aceptar- ya marcó un antecedente al peligroso verano del Tri. Quedarse sin la Copa Oro y por lo tanto sin ese medio boleto que pueda llevar a la Confederaciones acercaría los ánimos a decisiones extremas. Así funciona el futbol, por mejores intenciones de continuidad que pueda tener: sin victorias se le termina la gasolina a cualquier entrenador.
El cuadro titular parece estar muy claro: con el ajuste del "Gallito" Vázquez en la contención y la libertad para que Guardado y Herrera puedan transitar por las bandas, todos están cómodos.
De la lucidez de Gio, Vela -fuera de foco el sábado- y "Chícharo", dependerá marcar los goles suficientes para sumar puntos y confianza.
La Selección necesita volvernos a conquistar. Tiene con qué hacerlo, pese a la dificultad de estar exigida para ser campeona del inminente torneo de la zona a la que corresponde.
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