"Te vas a cagar a todo Chile", se escucha decir claramente en una grabación a Arturo Vidal, justo al momento que un policía llegó para detenerle, tras el accidente a bordo de su Ferrari en plena Copa América... evadir la responsabilidad fue lo primero que se le ocurrió al jugador de la Juventus, en una evidente muestra de la prepotencia que puede generar la idolatría.

Arturo Vidal es sin duda uno de los jugadores con mejores calificaciones dentro de la cancha en todo el mundo, pero es desafortunadamente un ejemplo más de la falta de conexión entre la cabeza y los pies en algunos futbolistas, con el desenlace de sus conductas que terminan por arrastrar la afición de todo un país ilusionado. Es decir, contrario a lo que piensa Vidal, no es el carabinero chileno quien con el arresto "caga" a su país, es el propio mediocampista.

La escena del Ferrari chocado por Vidal, en estado inconveniente y a la mitad de una competencia tan corta como fundamental para el futbol chileno, es tan fuera de lugar como un oso polar caminando por la costera de Acapulco. El propio Vidal, junto a otros cuatro compañeros de Selección nacional, fueron suspendidos en 2011 por el entonces director técnico Claudio Borghi, tras llegar tarde a una concentración y en "estado inconveniente" ¿Fue Borghi quien "cagó" a todo Chile en aquella ocasión también?

Vidal traicionó la confianza de su cuerpo técnico de una manera que cuesta demasiado trabajo justificar: el futbolista más conocido, en su mejor momento, fue capaz de pasar su tiempo libre en un casino, a una hora de distancia de la concentración, con al menos un par de tragos y a la vista de todos. Es, probablemente, la sensación de ser intocable, indestructible e inmune que el carabinero se encargó de regresar a la realidad y él mismo se encargó de destruir a exceso de velocidad.

Jorge Sampaoli seguramente tuvo que enfrentar una de las más difíciles conferencias de prensa de su vida y por un aspecto que estrictamente no debería corresponderle, pero del que es también responsable. Su decisión de mantener a Vidal dentro de la plantilla sin alguna sanción pública, generó indignación y críticas, pero a él, definitivamente, no le correspondía "cagar a todo Chile".

La identidad nacional es absolutamente dependiente de la actuación de sus grandes figuras, y no se diga si se trata de un torneo continental que nunca se ha ganado, que se lleva a cabo en el propio país y que se tiene la creencia de contar con la mejor generación de futbolistas. De esta manera los Alexis Sánchez, los Valdivia, los Bravo, los Medel y los Vidal se convierten, hoy por hoy, en el ejemplo y en la esperanza de un pueblo que se tiene que sentir decepcionado al caer en la realidad de que uno de sus símbolos, no solamente es mortal, sino efímero y problemático.

"Lo tengo porque puedo, y porque lo tengo, puedo", leí en "Las modernas ruedas de la destrucción" (F. Fernández) hace muchos años. Frase que podría haberse leído en el parabrisas del Ferrari destruido de Arturo Vidal.

Independientemente de lo que suceda con Vidal y la Selección chilena en el resto de la Copa América, este incidente desestabilizador será un ingrediente a considerar para que Arturo Vidal no se "cague a todo Chile", o de lo contrario, Arturo: "todo Chile te va a cagar".

 
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