Después de vivir experiencias en el futbol por más de 33 años, de conocer las entrañas de la FIFA, Concacaf, Conmebol, Femexfut y equipos de futbol, aún no logro definir qué es el futbol, pues tiene algo de fenómeno social, religión, circo, deporte y negocio.
Después del fenómeno social de los años 60 que representó el rock en el mundo, no hay otro movimiento más importante que el futbol, detonando en los 90 y en la década pasada en todo el mundo.
Solo encontrar que la FIFA cuenta con 209 países afiliados, bastante más que la ONU, da la idea de la clase de fenómeno que es.
La pasión por una selección, un equipo y los ídolos deportivos se lleva en muchos países como una religión a la que se sigue, que llena de fe y esperanza de obtener éxito en algo que es tuyo; se adoran a los ídolos como si fueron unos nuevos dioses.
Pero nuestro querido futbol es también aprovechado por los políticos de todo el mundo para darle circo a la gente y distraerla de los problemas sociales y económicos que viven en sus países.
Cuantas veces hemos visto devaluaciones, aumento de precios en alimentos en épocas en que la población común está inmersa, viendo las finales de sus campeonatos o juegos de un Mundial. Alguna vez me comentó el presidente de un país sudamericano con muchos problemas de violencia que estaba pidiendo la Copa América para darle un descanso a su pueblo con el futbol.
Desde las dictaduras, democracias, principados o reinados hemos sido testigos de cómo los países piden sedes de los eventos de futbol para este fin.
La cancha se convierte en un escenario de batalla, para tratar de ganar la gloria y el éxito que tanto se les niega a las sociedades en otros aspectos de la vida.
El estadio es donde se da la catarsis de todo un pueblo, donde el ciudadano común puede expresar el repudio a la autoridad, el apoyo a su equipo y donde las pasiones se desbordan.
Pero, al final del día, sigue siendo un deporte, el más practicado y visto en el mundo, que es utilizado como deporte social para dar salud y esparcimiento a todos sus practicantes. Aquí hay que agradecer a todos esos sentimentales y bohemios del futbol que todavía aman la esencia de este querido futbol, sin ellos no hubiera sido posible que este deporte siguiera adelante.
El futbol como negocio es multimillonario y muy exitoso, produciéndole sólo a FIFA miles de millones en sus campeonatos, los empleos que produce directa e indirectamente son enormes, por eso los equipos se han convertido en empresas muy codiciadas por los hombres más ricos del mundo, que los compran con dos objetivos: fama y dinero.
Por todo esto concluyo que el futbol es un deporte, convertido en fenómeno social, seguido como una religión, aprovechado como circo para hacer un gran negocio.
¿Usted qué opina?
Alberto de la Torre Ex presidente del Atlas y de la Federación Mexicana de Futbol |