Dicen que cada partido de futbol es múltiple, es decir, que encierra al menos otros seis: el que vio el ganador, el que vio el perdedor, el que vio el árbitro, el que vio el publico, el que vio la prensa y el que realmente se jugó. En pocas, muy pocas ocasiones los seis partidos coinciden y para mala fortuna, se trató de una Final.
Dos equipos con aficiones netamente regionales disputan el título del Clausura 2015 durante una semana que inició con la noticia de la eliminación de Chivas el lunes, con el juego de Tigres en Cuartos de Final de la Libertadores el martes, el escándalo de corrupción en la FIFA el miércoles, para dar lugar, por fin el jueves, al encuentro de ida entre Querétaro y Santos, equipos irregulares que se vieron beneficiados por terceros para entrar a la fase final y hoy disputan el título.
La Final, no tan esperada, no tan promocionada, prácticamente finalizó en apenas media hora con los primeros tres goles de Orozco.
Pero prefiero escribir aquí sobre los méritos de ambas instituciones para llegar a la última instancia sobre otros equipos mucho más favoritos. En un torneo que tras 15 jornadas de 17, no tenía un solo clasificado y, una semana más tarde, únicamente a 3, con 10 equipos vivos para 5 lugares, cualquiera tiene la capacidad y la posibilidad de ser campeón.
Santos mejoró su desempeño en la parte final del torneo: de los últimos 12 partidos ha perdido solamente uno. Su técnico dejó los ataques verbales, se dio cuenta que pese a la salida de grandes figuras tiene un excelente equipo y sus jugadores, hasta entonces un tanto apagados, lograron una gran comunión con los refuerzos. Los cuatro goles de Orozco en el juego de ida (el doble de los conseguidos en sus 18 participaciones anteriores del torneo), no son más que el resultado de la confianza de un equipo comprometido que aprendió a explotar sus fortalezas.
Querétaro es un equipo que debe analizarse en dos etapas este torneo: antes y después de Vucetich. En las primeras 8 jornadas ganó un solo juego, a partir de la 9 y hasta la Final, ganó 9 encuentros, empató uno y perdió 3. Gallos se vio más afectado que beneficiado con Ronaldinho, perdió todo el torneo a su goleador, Camilo Sanvezzo y a partir de la Semifinal prescindió de su mejor hombre en el mediocampo por convocatoria a la Sub 20: Orbelín Pineda.
Cada partido de futbol difícilmente es un solo partido. La noche del jueves en el Territorio Santos Modelo todos vimos lo mismo: desconocimos al equipo de Vucetich, quizá vaciado y desgastado... todos vimos a Santos vertical, contundente y conocedor del rival y todos, desafortunadamente, perdimos interés en el partido de vuelta de una Final a la que, de por sí, debimos rascarle para considerar emotiva y atractiva.
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