¡Los enfermos!
Vaya vergüenza mundial se vivió ayer en la cancha del Boca, en Argentina.
Para los que no vieron las escenas, el calificativo de "vergonzoso" no lo tomen como exagerado. Es más, como algo suave, incluso.
Yo no vi el segundo tiempo del Querétaro-Veracruz ni el Clásico tapatío por estar atento, de las 8 a las 10:22 de la noche, de todos los incidentes en La Bombonera. No podía dejar de ver tanto fanatismo de parte de los hinchas del Boca.
Para los que no vieron los incidentes, les cuento que cuando los jugadores de River salían para el segundo tiempo, cuatro de ellos (siendo Leo Ponzio el más afectado) fueron bañados con gas pimienta, quemándoles la piel en la cara, en la espalda y dañándoles la vista.
Desde las 8:03 comenzó a verse que esto terminaría mal. Los enfermos de Boca, lejos de sentirse mal por lo que los fanáticos hicieron, cantaron a todo pulmón, festejaron más que un triunfo... y todo porque habían dañado a River.
La rivalidad que existe entre esas dos aficiones es mayúscula, enfermiza y criminal. El fin de ellos es dañar al otro. Su triunfo es agredir al rival y, cuando lo logran, cantan de felicidad.
(Ojo, aquí en Monterrey hay una pizca de eso. No agresiones físicas, pero sí ese sentimiento. No en todos, pero sí entre miles de enfermos que la vida se les va en sus equipos, que viven para exhibir al rival de la ciudad, sólo porque trae la otra camiseta).
Mientras veía las escenas para tratarlo de reflejar en las páginas de CANCHA, algunos tuiteros postearon un tuit de un fanático enfermo de Boca, escrito el martes al mediodía.
"Se están preparando bombas de estruendo, bengalas, corte de luz y agua en los vestuarios, entre otras cosas. PASA BOCA O NO PASA NADIE".
Eso lo escribió el tuitero @tebanorozcoOk, quien se identifica como "SOY XENEIZE".
Y ayer, en La Bombonera, en una manta se leía: "Si nos cagan otra vez, de la Boca no se Ba nadie", sí, así con 'B', recordando que River había descendido a esa categoría.
¿Y los policías?
Hay más polis cuidando la privada de mi casa en Chipinque que los que había en la cancha de River. O no había o se escondieron del puro miedo.
Pero muy grato fue escuchar no menos de 10 veces a Fernando Niembro, prestigiado periodista argentino, decir lo vergonzoso que era ver a sus paisanos hacer el ridículo.
"Esto es un papelón laaaargo, de lo único que no se vuelve es del ridííículo... no puede ser, somos una vergüeeenza, qué pena. No pensemos que hacemos el ridículo a nivel mundial, sino con nosotros mismos, esto es deplorable". Eso lo dijo muchas veces, muchas, y tenía razón.
Los jugadores estaban parados a la mitad de la cancha, varios de ellos con cara de temor, de miedo de que se brincaran al terreno y los agredieran.
Fueron 2 horas y 22 minutos lo que duraron los jugadores parados sin saber qué hacer. La escena era penosa. En la tribuna mucho delincuente argentino, pero no barristas de 18, 19 o 20 años...
Había señores de 35, 40, 50 años y hasta se veían personas mayores a los 60 cantando contra River, gozando con lo que hicieron, festejando las agresiones y con el típico (y ridículo) movimiento del brazo derecho cantándole a su rival.
"Esto ya es más que una guerra, no es un partido de fútbol... y lo generamos todos, eh", fueron las palabras de Leo Ponzio, jugador de River Plate, a Marcelo Benedetto, reportero de Fox Sports, cuando ya iba alrededor de una hora de suspensión.
Síganle...
Orión los guía A las 2 horas de estar parados en la cancha le pidieron a los jugadores y al cuerpo arbitral que se fueran a los vestidores, mientras los policías les hacían una valla con sus escudos.
¡Fracaso total!, pues desde la tribuna les aventaron botellas y demás proyectiles.
Hicieron otro intento y los de River lograron cruzar ese cerco.
¿Y los de Boca?
Ja, los de Boca culminaron estas dos horas con 22 minutos de incertidumbre y temor a agresiones con, tal vez, una vergonzosa escena... ¡a la altura de sus enfermos fanáticos!
¡Levantaron los brazos y le aplaudieron a sus hinchas que ahí estaban!
"Aaah, no, no, nooo...", fue la expresión de un comentarista argentino cuando vio la reverencia que le hicieron los jugadores, guiados por el portero Agustín Orión, a sus seguidores.
"¡Boca se retira saludando a los violentos. Es la reverencia al temor. Jugadores y directivos cómplices... Vergüenza!", tuitearon en Argentina.
PD: Ahora entiendo por qué su afición es así.
Posdata Nombre: Fabián Rinaudo.
Nacionalidad: Argentino.
Edad: 28 años.
Equipo: Catania, de Italia.
Posición: Contención.
"¿Y ése qué, Sanca?, ¿tú también andas fumado como los Xeneizes, o qué?", han de preguntar Pos nomás. Se los presento.
Tal vez pronto oigan de él.
Mail: sancadilla@elnorte.com Twitter: @SancadillaNorte |