El Clausura 2015 provocó un pasmoso silencio en las voces que por tradición se oponen a la estructura de los torneos cortos, porque para definir a los ocho que disputarán los playoffs terminamos contabilizando sólo cinco unidades de diferencia entre el 1 y el 12.
El misterio de esta igualdad de fuerzas sólo nos confirma que la industria del futbol en México rueda bajo el camino correcto.
Confrontando a todos aquellos que también se manifiestan por una liga con menos extranjeros, ahora les pregunto: ¿ayudó o no ayudó el aumento de los no nacidos en nuestro futbol?
Aprendamos de los jugadores con menos de 20 años como Arturo González y Daniel Álvarez de Atlas; Carlos Salcedo de Chivas; Orbelín Pineda en Querétaro; Érick Gutiérrez, Jürgen Damm e Hirving Lozano en Pachuca que, siendo parte de la "Generación Z" o "post milenio" (individualistas en su carácter, creen en su propia persona, no viven de acuerdo a lo establecido, sin miedo para estudiar en Europa o Estados Unidos y, como sus padres no les pueden ayudar con las nuevas tecnologías, están acostumbrados a los tutoriales en YouTube), no muestran ni pisca de complejo para competir contra quién sea necesario para hacerse de un puesto titular en sus equipos.
Bueno, pues en medio de este cambio generacional, el campeonato mexicano también empieza a desatender los patrióticos argumentos de las oportunidades, para enfocarse de lleno en el objetivo principal: divertir.
Y para cumplir de lleno con la finalidad de divertir, el Clausura 2015 aun nos tiene reservados 14 magníficos encuentros, donde las posibilidades entre Tigres, América, Veracruz, Atlas, Chivas, Querétaro, Pachuca y Santos, debieran ser bastante equitativas sino fuera por lo complejo de la doble calendarización que mermará las aspiraciones de los Tigres, por lo menos en la liga.
Pero para la próxima semana, voy Tigres sobre Santos, como también creo que América pasará sobre Pachuca y Veracruz sobre el Ángel de la Guarda de Vucetich, mientras que del Chivas-Atlas vaticino que saltarán chispas.
Con relación al Monterrey, sólo quisiera abreviar que el relevo de Mohamed fue exitoso en puntos, aunque cuando se presentaron los partidos cruciales falló. Fracasó en alcanzar la Final de Copa, perdió el Clásico Regio y en la despedida del Tecnológico dejó escapar la clasificación a la Liguilla.
Del experimento colombianizador, sospecho que el único que ganó fue el tal Osorio.
Ahora Luis Miguel Salvador tendrá que volver a reestructurar la reestructura que inició hace dos años. Pero al apagar por última vez las luces del viejo Tec, confirmé los alcances del club rayado: poder decir adiós es crecer.
PD. Y como diría Serrat: "Por una noche olvidé que cada uno es cada cual". #GraciasTec Lo escrito, escrito está.
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