Escondido Quien anda muy escondido con este problemón que trae la UdeG, en la orilla de caer de nuevo a la Dimensión Desconocida, es Raúl Padilla, quien apenas supo que el equipo había ascendido y de inmediato se autonombró presidente y daba entrevistas por aquí y por allá, pero ahora, como por arte de magia, ya no se pone de pechito al terminar los partidos de los Leones Negros.
Ha de decir: "¿A qué me paró por ahí, si ya sé que no sé ni qué contestar?". La verdad, resulta muy raro que a estas alturas no haya dado la cara como su puesto lo manda, pues en el papel funge como presidente, ¿o a poco ya no?
Sólo un milagro mantendría a los Leoncitos en Primera, pues con esos refuerzos que trajeron parece que ya andaban pensando en conformar un equipo para la Liga de Ascenso. No me digan que Juan Anangonó tiene nivel para ayudar a que un equipo eluda el descenso. No sean así, dejen de reírse.
Me queda claro que al equipo le han hecho algunas visitas durante el año, digo, más allá de los partidos, Padilla se ha medio interesado por los melenudos, pero su presencia no fue tan constante como el plantel lo esperaba.
Nomás imagínense, tiene más de un mes que no habla de los Leones Negros.
Ya que hablamos de los universitarios, no sé ni qué les corre por las venas a los pateabalones y más cuando se están jugando el descenso.
Se preguntarán a qué me refiero. Resulta que el sábado, un día antes de que la UdeG jugara el partido más importante del año, contra el Veracruz, el delantero Andrés Ríos se fue de fiesta, sí, en plana época de crisis, el muchachón andaba con la sonrisa de oreja a oreja en la presentación que ofreció la Banda MS en el Auditorio Telmex.
Si con esos elementos tan poco comprometidos han intentando mantenerse en Primera, pues ahora lo entiendo todo. Más allá de que Ríos esté lesionado, no es para que ande tan relajado cuando sus compañeros están concentrados.
A todo esto, ¿no que muy unidos? Se me hace que no.
Fiesta y más fiesta Los directivos del Querétaro deben estar muy orgullosos de tener a Danilinho en sus filas, pues vaya que el brasileño es todo un ejemplo para la juventud.
Con esas publicaciones en redes sociales de que anda hasta las chanclas, presumiendo que nadie le paga sus borracheras, escuchando narcocorridos y enseñando el dedo a quienes no lo quieran, no, pues qué buen ejemplo.
No es la primera vez que Danilinho está envuelto en un escándalo y nomás no aprende, recuerden que cuando jugaba para los Tigres fue acusado de ponerle una golpiza a su novia en turno. Dimensionen el calibre de este muchacho.
La directiva ya anunció que le impondrá un castigo por su actitud, la cual consideró lamentable.
Si acaso está tratando de desgastar su relación con sus patrones para salir del equipo y cumplir su objetivo de regresar a los Tigres, se me hace que no es el mejor camino.
Competencia Si Rubén Omar Romano creía que su recién adquirida chamba de comentarista de televisión sería un breve preámbulo para volver a dirigir, presumiblemente al Cruz Azul, ya tiene competencia.
Como Romano sueña con ganar 646 mil pesos a la quincena, en la lista de alternativas hay una mucho menos bonita, pero más barata. Se trata de un entrenador que anda más que apuntado, aunque hace ya mucho que se le vio en Primera División.
Tiene en su currículum reciente el haber resucitado a un equipo del Ascenso MX hasta llevarlo a la Final e incluso en la época del Mundial de Brasil estuvo en el polémico grupo de analistas de la FIFA que le dio a Lionel Messi el galardón de Mejor Jugador del torneo.
Es el alumno más destacado de Manuel Lapuente y se coronó en Primera División hace algunos ayeres.
Por cierto, saludos a Raúl Arias.
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