Edwin Cardona es el prototipo de jugador que desgarra lo habitual. Él tiene otro perfil, viene de otra tribu. Si describir su complexión física es complicado, imaginar lo que puede hacer con la pelota en los pies lo es aun más.
Dorlan Pabon, en cambio, deja todo a una finalización instintiva. No es centro delantero, no es extremo, no tiene código postal. Y vive cómodo en ese entorno para de repente encarar al portero o tirar al arco de cualquier parte de la cancha. Pabon produce desde la intuición absoluta, la improvisación y el futbol directo.
Intentar engrilletar a estos dos jugadores con tacticismo fue un posibilidad que Mohamed rechazó desde un principio. Y más cuando sólo ellos entre todo el plantel son los únicos capaces de emular las muchas pinceladas que llevaron a la fama al recién llegado entrenador.
Basta recordar que el "Turco" recibió un grupo repleto de extremos, un solo centro delantero de 22 años y un central de 21, ambos ocultados bajo llave, además de un montón de adecuaciones que juntas contabilizaban en seis partidos tres goles, por nueve en contra, buenos para un 22 por ciento de productividad.
Acondicionar a todos éstos para practicar un futbol estilista y de pausa, evidentemente, era una locura. Pero en medio de los vicios, caprichos y miserias acumuladas en los últimos dos años, en el inventario también venían Pabon y Cardona.
Del primero, el "Turco" sabía de sus 12 goles en el Apertura 2014, artífice en solitario de por lo menos 23 puntos con Carlos Barra, y de sus tres anotaciones en seis partidos un año antes.
Pero cuando Mohamed llegó a su primer entrenamiento y supo que Cardona pesaba 91 kilogramos, sólo se rascó la cabeza. El resto de la historia usted ya la conoce.
De los 19 goles que los Rayados han conseguido con el relevo del Tony, 13 han sido marcados por éstos dos colombianos. Sin ellos, hoy el Monterrey valdría menos de la mitad de la suma de los restantes.
Y en contra de los pronósticos, los Rayados aun pueden clasificar. Aunque ya no dependen sólo de la victoria frente a Pumas. Porque si tomamos en cuenta que la diferencia de goles del América y Chivas ya son insuperables para el Monterrey, aun se requiere que se den tres de cinco resultados.
Que Cruz Azul pierda en casa contra el moribundo UdeG. Que Tijuana no triunfe en León, donde los locales no han ganado en sus últimos 4 partidos. Que Santos no le gane en casa a un Puebla que con un punto se salva sin importar lo que hagan los Leones Negros. Que Toluca no gane contra los clasificados Tigres. Y que en casa Querétaro también pierda o empate contra los descalificados Jaguares.
Los 23, 24 o 26 puntos de este Monterrey, por sí solos, son una proeza.
PD. Si no fuera por la Libertadores, los Tigres serían los favoritos para ganar la Liga.
Lo imposible sólo tarda un poco más. ¿No cree usted?
Lo escrito, escrito está.
Twitter: @castillejos_m castillejos@elnorte.com |