Puebla es campeón de Copa, las Chivas son superlíderes del torneo y el Querétaro de Vucetich, sin depender de Ronaldinho, ha ganado cuatro partidos en fila.
Los Pumas, con Memo Vázquez, que hasta la jornada 8 eran coleros de la competencia, han recuperado 15 de los últimos 18 puntos.
Veracruz, destinado a descender, sólo ha perdido dos juegos. América, con una inversión descomunal, fue goleado en Costa Rica, en el puerto jarocho y en el Azteca.
También, en el torneo con más prestigio del mundo, el juvenil Oporto le marcó tres goles al Bayern en Portugal, pero en Munich bastaron 26 minutos para que los locales les recetaran cinco.
Bueno, hasta la primerísima figura de los espectáculos, política y deportes, Miguel Herrera, ahora cree dominar el inglés: "No ondersten... mis pelotas". El futbol sigue disminuyendo nuestra capacidad de asombro a su mínima expresión.
Y ayer, cuando las voces que calificaron como ridículo el fichaje del "Chícharo" con el Real Madrid y que prendieron el televisor con el solo propósito de confirmar su sentencia, se toparon con otra sorpresa cuando Javier Hernández, contra todas las apreciaciones negativas, apareció en el Olimpo del futbol, vestido de blanco, como un dios más, dispuesto a confirmar el estatus de figura mundial.
Un día antes, cuando le preguntaron a Ancelotti si pondría a Illarra, "Chicharito" y Coentrão a ocupar el lugar de Modric, Benzema y Marcelo, el italiano contestó: "jugarán los que estén más frescos y con más ganas".
El periodista Diego Torres, del periódico El País, le dio la siguiente interpretación: "El énfasis en las 'ganas' no fue casual. El entrenador sabe que los partidos más duros suelen ganarlos los equipos más determinados. No parece el caso de Illarra, que costó 40 millones, o la joya canterana Jesé Rodríguez, que, sin duda, es técnicamente superior al 'Chicharito'".
Al final, Ancelotti se inclinó por la voluntad del mexicano. Y éste, fiel a las condiciones que lo mantuvieron por cinco años en el Manchester United, con su letra y, a su manera, escribió unos renglones de gloria en las más de mil hojas que acumula la historia del Real Madrid.
La demostración, que pacientemente aguardó nueve meses, vale más de 50 anotaciones con el 99.9 por ciento de los clubes en el mundo. Javier Hernández volvió a dar otra lección a quienes erróneamente creen que para triunfar en cualquier ámbito de la vida se debe ser un "superdotado".
Paradójicamente, en México siempre decimos que al jugador nacional le falta carácter y determinación, pero cuando aparece uno con esas condiciones salen los agrios a exponenciar otros defectos.
Por lo pronto, el Bernabéu ya se rindió a sus pies. Y de eso nadie lo va a despojar. ¿No cree usted?
Lo escrito, escrito está.
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