Ya se sabe que el buen estado futbolístico de un equipo es una responsabilidad compartida entre jugadores, cuerpo técnico y dirigentes.
Si el equipo no funciona en un partido, la principal responsabilidad es de los jugadores. Si no funciona en todo un torneo, del director técnico; y si no funciona en varios años, entonces es necesario voltear a ver a los dirigentes.
Cuando la capacidad de alguna de las partes está por encima de cualquier duda, a los principales culpables del mal desempeño hay que buscarlos en las otras.
Actualmente está, por ejemplo, el caso del América y de Gustavo Matosas, cuya capacidad como entrenador ha sido demostrada hasta la saciedad, no sólo porque ha hecho jugar muy bien a varios equipos, particularmente al León, sino porque además en cada uno de ellos ha dejado plena constancia de su propio sello, del futbol en el que cree y de su eficiencia para plasmarlo en la cancha.
Entre los jugadores, en cambio, es evidente que Oribe Peralta y Darwin Quintero no son los mismos que en su momento brillaron en tierras laguneras, ni Pellerano y Benedetto los mismos que tanto lucieron en los tijuanenses lares; por poner solamente cuatro claros ejemplos.
Es decir, que por el crédito que se ha ganado Matosas como técnico, en el caso del América hay que buscar entre los jugadores a los principales responsables del mal momento futbolístico que vive este equipo.
Porque un jugador puede ser cambiante en su desempeño, que depende de muchos factores, y un director técnico es, en esencia, siempre el mismo; normalmente mejor con los años, con los que puede ir o no incrementando su propio crédito.
Como lo tiene Antonio Mohamed con el Monterrey, y no lo tenía Carlos Barra; o como lo tiene José Manuel de la Torre con las Chivas, y no lo tenía Carlos Bustos.
O como en mayor o menor medida lo tienen técnicos como Ricardo Ferretti, Luis Fernando Tena, Víctor Manuel Vucetich, Miguel Herrera, Enrique Meza, Javier Aguirre, Ricardo La Volpe, Alfredo Tena, y se lo están forjando otros como José Cardozo, Pedro Caixinha, José Guadalupe Cruz, Tomás Boy, Rubén Omar Romano, Sergio Bueno, Guillermo Vázquez, José Luis Sánchez Solá, Carlos Reinoso, Daniel Guzmán o Luis Alfonso Sosa.
Crédito como lo tienen a otros niveles Pep Guardiola, José Mourinho, Fabio Capello, Carlo Ancelotti o Diego Simeone... y está fabricándoselo Luis Enrique.
Saber muy bien a qué quieres jugar, demostrar que además sabes cómo hacerle para que tus equipos así jueguen, y ganar cosas con ese juego.
Cuestión de trayectorias... y del crédito que cada cual va obteniendo con la suya.
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