Bastaron 30 minutos de atrevimiento y agresividad ofensiva para que los Tigres ligaran su segunda victoria como local.
De nuevo el mejor jugador de los felinos fue Dueñas y no sólo por su anotación, el muchacho se ha convertido en un líder con la pelota en los pies.
Jugando por el centro, Jesús aportó en la recuperación de la pelota, armó, participó en casi todas las jugadas ofensivas y obtuvo como premio el gol de la victoria.
Tranquilos, tranquilos.
Les recomiendo calma a los aficionados felinos, tampoco hubo muchos motivos para ilusionarse demasiado, cumplieron con ganar, por momentos jugaron bien, pero hay mucho que mejorar, principalmente cuando de matar al adversario se trata.
SE ACERCA EL ADIÓS DE BARRA Carlos Barra hizo cambios en la alineación titular, pero sus últimas patadas de ahogado no tuvieron la fuerza suficiente para evitar lo inevitable.
Los Rayados no sólo volvieron a perder, también se salvaron de ser escandalosamente goleados debido a la poca calidad del Puebla a la ofensiva.
Sigue lloviendo sobre mojado y si usted pensó como el técnico de Monterrey, que dejar fuera a los colombianos sería la solución para los problemas, también se equivocó.
Los problemas que atraviesan los Rayados no parecen ser exclusivos de algunos jugadores y, pese a que todos han aportado a esta mediocridad futbolística, será su técnico el único que pagará con su chamba la ineficiencia de todos.
La fórmula no es mágica, simplemente es el día a día de los que viven en esta profesión.
Si el sistema no está acorde a las características de sus jugadores que lo realizan, cambia a los jugadores; si ya lo hizo y no funcionó, cambia el sistema, y si no hay sistema, cambia el técnico, aunque fue la directiva quien lo eligió, así de simple.
Ésta es una forma muy conocida y utilizada en el futbol mexicano, pero aún así no se puede asegurar que en la salida del técnico, en este caso Carlos Barra, esté la solución.
Mi opinión es que la directiva rayada, también culpable y cómplice en la formación de este equipo, no debe seguir siendo cómplice por omisión.
Ya se fue un tercio del torneo y la situación me parece insoportable; mantener a Barra en la dirección técnica ya se ha convertido en una terquedad sin fundamentos.
Aunque sabemos que Carlos no es el único culpable, no requiere mencionar que sólo es cuestión de tiempo para que se dé su adiós. El ciclo de Barra se acabó hace meses, lástima que eso sólo ustedes, directivos, no lo ven.
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