Para variar, y casi siempre a falta de buen futbol, de lo que más se sigue hablando en el nuestro es del arbitraje.
Quién se equivocó más y quiénes menos entre los hombres de negro, en lugar de mencionar qué equipos juegan como deberían y cuántos siguen sin hacerlo o solamente lo hacen de vez en cuando.
Sobre todo para los directores técnicos, los errores arbitrales son, como siempre, el mejor pretexto para explicar o justificar los malos resultados, para esconder las propias fallas... y así conservar la chamba.
En sentido contrario, resultan aleccionadoras la postura asumida y la propuesta externada por Sergio Bueno.
Entre otras cosas, el técnico de la escuadra chiapaneca propone que él y sus colegas dejen de hablar de los árbitros, y que en los futboleros programas de televisión no se le dedique tanto espacio al asunto.
Ni escudarse en las equivocaciones del árbitro para eludir la propia responsabilidad como técnico (o como jugador o como dirigente), ni dedicarle a esas equivocaciones más tiempo y espacio del que ameritan.
Indudablemente, ésas son dos vertientes desde las cuales podría generarse un ambiente más propicio para que los árbitros realicen su labor con mayor eficiencia.
Que cada quien se dedique a desempeñar su propio trabajo lo mejor posible y sea más respetuoso con el trabajo de cada cual, para que los demás respeten el suyo.
Y que al comentar y analizar cada partido no se olvide que lo esencial es el futbol que cada equipo juega, y no sean los errores de los árbitros los que acaben una y otra vez por convertirse en el futbolero tema central.
Sería un buen inicio para mejorar al arbitraje en particular y a nuestro futbol en general.
Veremos quiénes más, y cómo, se suman a la propuesta.
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