El equilibrio universal del futbol se ve afectado por ciertos accidentes que de repente le ocurren.

Existe un cierto orden que guardan las grandes fuerzas: los equipos buenos, ganan. Los planteles nutridos de futbolistas costosos, suelen imponerse. Y los equipo históricos no hacen el ridículo ni son humillados con facilidad.

Lo sucedido en el Estadio Vicente Calderón el sábado fue producto de uno de esos accidentes en los que todas las fatalidades se reúnen del mismo lado y contrastan con la fortuna -y el buen juego- que se van del otro.

Ver caer al Real Madrid con un marcador de cuatro a cero frente a uno de sus adversarios más enconados sólo le puede dar gusto a los partidarios del Atlético de Madrid y a los que por naturaleza no soportan el uniforme merengue. Al futbol en general no le pude representar una buena noticia.

Es parecido a lo ocurrido con Brasil el día que recibió siete goles de los alemanes en el Mundial 2014. Que un equipo grande se vea tan afectado, que termine dando pena en el terreno de juego y los propios contrincantes sientan la necesidad de dejar de castigarlos ante la poca resistencia, es un mala nueva.

El Madrid, que sigue siendo líder de una espectacularmente apretada tabla de posiciones en los primeros tres sitios de la Liga española, ha recibido mil calificativos en las últimas horas. Ha sido descalificado como equipo.

La nota se agravó por el festejo de cumpleaños de Cristiano Ronaldo en el que un cantante invitado decidió filtrar a las redes sociales las fotos del festejo. Nunca fue tan inoportuno hacer público un festejo privado que estaba acordado con antelación.

En este mundo del futbol se pasa a los extremos de un momento a otro y tanto la memoria como los resultados fallan con frecuencia. Este equipo es el mismo que estuvo a punto de igualar el número de victorias consecutivas que posee el Curitiba de Brasil durante la temporada en curso.

El caso es que sucedió la goleada que le dio la vuelta al mundo porque el peor Real Madrid desde que regresó Ancelotti tuvo una de esas tardes negras que pronto será revertida, aunque jamás será olvidada.

Nadie goza de inmunidad en el futbol; no hay prestigios ni influencias que eviten tener una tarde así.

Se destrozó la lógica casi siempre inquebrantable, mientras en nuestro futbol nos topamos con que los cuatro equipos que pelean por la permanencia en Primera División, sumaron sólo un punto de los 12 que disputaron. Veracruz, que merecía mejor suerte, vio perder al Puebla, las Chivas y la UdeG en esa lucha que tardará en definirse.

Es normal que los equipos en problemas sean poco productivos. La fecha 5 si respetó la lógica.

 
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