Del barrio al 'ya merito' Cuántas veces no hemos escuchado en la calle, en el barrio o por cualquier lado frases como "¡No inventes, ese muchachillo tiene talento para llegar a Primera División, es re' bueno, mira cómo los trae vuelto locos!".
Sí, todo se esfuma en los comentarios, porque muchos de los "cracks" de barrio, a la hora de llegar a un equipo profesional, en la mayoría de los casos se achican, su fuerza mental no es suficiente o vaya usted a saber si las condiciones de apoyo influyen. El caso es que algo pasa.
Fue el caso de Juan Manuel Herrera, mejor conocido como Juanito, el de la Risca, un juvenil con mucho futuro, según el técnico Carlos Reinoso, pues a pesar de desbordar talento, nomás no pudo debutar con los Tigres.
DE ORIGEN BRAVO Seguro no lo recuerdan, pero se trataba de un futbolista habilidoso, gambetero, que le pintaba la cara a cualquier defensa de su barrio en Monterrey o en el futbol profesional, siempre por la banda izquierda.
No obstante, su condición social y económica pesó más, pues como dicen coloquialmente "el barrio se lo comió". Y claro, pues "La Risca" no es cualquier colonia, es la Alfonso Reyes, un sector de los más marginales y descuidados de la capital regia.
Un sitio bravo, en el que las pandillas, asesinatos y venta de droga están a la orden del día, y donde la mayoría de las noticias que se generan tienen que ver con la violencia.
Su casa estaba muy lejos de ser, al menos, decente. El techo era de lámina y comida no había ni la necesaria. Era la cruda la realidad de "Juanito", que nunca pudo cambiar, no al menos jugando al futbol.
Lo anterior, a pesar de que Reinoso le dio la oportunidad de buenas a primeras de integrarse al plantel profesional de los Tigres, sin pasar por el proceso de Fuerzas Básicas.
Su contexto no colaboró para realizar su sueño, pues a pesar de que convivía con sus compañeros y que le daban consejos, minutos después regresaba a su barrio.
NOCHE MÁGICA "Juanito, el futbolista del futuro", eso pensaba Reinoso del chico de "La Risca", pues fue él quien le abrió las puertas del club universitario.
En la Temporada 1990-91 llegó a los Tigres para los últimos 7 partidos, y su juego sorprendió a secas, pues no mostraba demasiada osadía en las prácticas.
Una noche Juan Manuel deslumbró. Los Tigres jugaron un partido amistoso contra el Vélez argentino y, en la segunda mitad, el chico de "La Risca" desató la algarabía en la tribuna. Sus recortes no paraban, se quitaba a uno, a otro...
Luego de ese compromiso, todos pensaron que el debut estaba muy cerca. Algunos de plano decían ¿De dónde sacaron a ese muchacho? Pero fue destello de una sola noche.
En ese tiempo, Reinoso también decía a los cuatro vientos que Ignacio Palau, hoy directivo del Tijuana, iba a ser el portero del año 2000, y la realidad es que Palau no fue ni de los 90, pues no cumplió los 100 partidos jugados en Primera.
'NO HE COMIDO' Un día, el plantel llegó a Zuazua y se alistó para el entrenamiento.
Luego de calentar, "Juanito" cayó al piso, alarmando a sus compañeros, quienes buscaron auxiliarlo. Era de las primeras ocasiones que "La Risca" entrenaba con el primer equipo, y no podía darse el lujo de fallar.
Cuando cobró conciencia, le preguntaron cómo se sentía y les contestó que no había probado bocado desde el día anterior.
¡Imagínense! Un jugador profesional... sin nada en el estómago.
De inmediato, le pusieron alcohol en la nariz, le dieron un pan y un vaso de leche.
La falta de apoyo y otros factores determinaron que no triunfara en la máxima categoría. Muchos creyeron que las gambetas ante el Vélez y en los entrenamientos no eran más que un espejismo.
¿DÓNDE SE METIÓ?
Su inestabilidad sicológica salió a relucir el día que dejó de asistir a los entrenamientos, sin previo aviso.
En el club, se le preguntaba a Reinoso por el paradero de "Juanito", pero el técnico sólo respondía, tajante, que no sabía nada de él.
Nada motivó que el crack de "La Risca" dejara de ir a las prácticas, simplemente se ausentó y puso punto final a su carrera.
Algunos cercanos al estratega andino decían que se sentía decepcionado por la reacción y por el pago que le había dado el chavo, que nunca pasó por un filtro o visoría, estructura inexistente aquel entonces.
¿Cuántos "Juanitos de La Risca" habrá en nuestro bendito México?
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