Cuando llegué al Tecnológico tenía claro que no iría a ver a un Monterrey mejor que el que habíamos visto hasta ahora, pero verlo ser dominado en su casa del minuto 1 al 94 me sorprendió enormemente.
No tengo palabras para elogiar a un Veracruz que con poca nómina y mucha actitud y sin nombres, pero con mucho orden y muy buen juego colectivo, desnudó por completo el bajísimo nivel futbolístico de los Rayados.
Ni el penal inexistente y tampoco la suerte, que acompañó al Monterrey durante todo el encuentro, ya que los atacantes escualos fallaron clarísimas e inmejorables oportunidades de gol dentro del área chica, pudieron evitar que se hiciera algo de justicia en el marcador final.
Seguramente Veracruz regresó a su casa con un sabor amargo en la boca mientras que el empate, aunque haya sido en casa y de último minuto, debe saber a gloria a los Rayados.
Bastaron sólo algunas jornadas para que la certeza de tener un gran plantel que se convertiría en un excelente equipo se haya transformado en un montón de dudas.
Chará, que entró de cambio y que había mostrado en un amistoso algo rescatable, ha quedado a deber al igual que Edwin Cardona, al que hace poco le bastaron 30 minutos para encantar al Tecnológico, pero que ahora desapareció.
Mejía se ha visto lento para el futbol mexicano. Ayuda en la recuperación, pero tiene cero aporte ofensivo.
Y Dorlan, si le quitamos los dos goles que anotó de penal, simplemente no ha existido. Tiene una pobre actitud, no disputa los balones, pasa mentando ma... a sus compañeros. ¿Será que cree que con lo que ha hecho ya fue suficiente?
La tan mencionada "tropa colombiana" no ha dado resultado o no entiende el sistema, si es que hay uno, o le está costando mucho trabajo adaptarse a la velocidad del futbol mexicano o simplemente la publicidad hecha en su llegada superó por mucho la realidad de la calidad que tienen.
El tiempo aclarará el asunto, pero por lo pronto la "tropa" no ha funcionado.
MISMOS ERRORES, MISMO RESULTADO El América sigue siendo mucho más equipo en el papel que en la cancha.
Matosas ya entendió que Pellerano necesitaba ayuda, arrancó con Osvaldito Martínez y mejoró un poco en la recuperación, pero sigue muy lejos de lo que deberá ser su realidad, ya que poco hizo para ganar.
Tigres, que había dado un gran partido de visitante frente a León, no logró repetirlo y fue víctima de sus propios errores.
Es inaceptable que un portero de selección salga por el centro dándole la pelota a su contención, que estaba de espaldas al arco rival.
Este grave error se combinó con la nula vocación de contención de Guido Pizarro, quien quiso hacer una de lujo sin tener claro el panorama a su alrededor.
Con eso bastó para perder y hacer subir la bilirrubina a cualquiera.
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