Señoras y señores, un futbolista cuando es joven considera que el simple hecho de tener una buena temporada, meter goles, ser llamado a la Selección, ir a un Mundial y no jugar le permite, mal aconsejado, retar al equipo que le dio su primera oportunidad. Es el caso de Alan Pulido.
Es un buen jugador, del corte mexicano, cuyo deseo absoluto es jugar en Europa, donde sea. Ha caído en el Levadiakos, un equipo de mala calidad de Grecia, que ocupa el lugar 14 de la Liga. Ha dicho en Twitter que el comportamiento de los Tigres no le permitió jugar durante ocho meses y le quitó oportunidades de ir a Europa.
Sin embargo, Alejandro Rodríguez, presidente de los Tigres, comentó que el TAS dio a favor del club regiomontano y espera que el jugador se reincorpore al conjunto con el que fue registrado. Pulido está dado de alta en la Liga griega y en la Liga MX.
El directivo también explicó que se han reunido con los capitanes de los felinos, quienes están dispuestos a aceptar al delantero, siempre y cuando se comprometa.
El abogado Jaime Castillo Trigueros, quien lleva el caso, aseguró que Rodríguez no está en lo correcto, ya que lo que habrían rechazado es una medida cautelar. Dice que puede asegurar que la apelación siga su curso, al margen de la petición, y faltan meses para el fallo.
¿Qué significa cautelar? Que el procedimiento podría afectar a la parte que apela, Pulido, quien quiere jugar hasta que se resuelva la apelación. Cuando una situación llega al Tribunal, la determinación se toma con base en reglamentos y generalmente los fallos son a favor de los clubes. No es la primera.
El problema es el aparente abandono de Pulido a los Tigres. Es muy difícil que una apelación vaya por arriba de otra más y le dé el sí al jugador.
Pulido tiene un problema: su claúsula de recisión, de 12 millones de dólares. Los Tigres dicen que nunca le han cerrado la puerta, que si alguien quiere negociar, están abiertos.
Para un equipo europeo, 12 millones de dólares quizá no signifiquen muchísimo, más barato si el jugador le dice que tiene la carta en su poder, que es libre y ha terminado su contrato; aparentemente eso cree el Levadiakos, pero los Tigres dicen que no.
No es fácil que un equipo mexicano pierda a un activo así, es un negocio, que se da en México y cualquier parte.
Pulido se encaminó mal, hay un contrato con una firma, que aunque él niegue que sea suya, está ahí y en eso se han basado Tigres, la FIFA y el TAS.
Sería conveniente que Pulido y los Tigres se sentaran a platicar para intentar recuperar la carrera futbolística de un joven. Pulido tendrá que dar marcha atrás, pase lo que pase.
Es posible que pueda jugar con un transfer temporal con el equipo griego hasta que termine el efecto de la demanda. jrfernandez@mural.com @joserra_espn |