Señoras y señores, un futbolista cuando es joven considera que el simple hecho de tener una buena temporada, meter goles, ser llamado a la Selección Nacional, ir a un Mundial y no jugar le permite, mal aconsejado, retar a su equipo que le dio la primera oportunidad. Es el caso de Alan Pulido.
Es un buen jugador, que su deseo absoluto y total es jugar en Europa donde sea. Ha ido a caer al Levadiakos, un equipo de mala calidad en la Liga griega, un equipo que ocupa el decimocuarto lugar de la Tabla. Ha dicho textualmente en su cuenta de Twitter que el comportamiento de su ex equipo, los Tigres, no le permitió jugar al futbol durante ocho meses, le quitó muchas oportunidades de su sueño de jugar en Europa.
Sin embargo, Alejandro Rodríguez, presidente de Tigres, comentó que el TAS dio a favor del club regiomontano y de esa manera esperan que el jugador se reincorpore al conjunto con el cual fue registrado en la presente campaña.
Hay otra parte, los abogados. Uno de ellos, Jaime Castillo Trigueros, quien lleva el caso, aseguró que Rodríguez no está en lo correcto, ya que lo que habrían rechazado es una medida cautelar. Dice que puede asegurar que la apelación siga su curso normal independientemente de la petición y faltan meses para el fallo definitivo.
¿Qué significa cautelar? Que en vista del procedimiento podría afectar a la parte que apela, quien es Pulido, que quiere jugar hasta que se resuelva la apelación. Cuando una situación llega al Tribunal deportivo la determinación se toma con base a los reglamentos y generalmente los fallos son a favor de los clubes, no es la primera vez que pasa. El problema es el aparente abandono de Pulido a la causa de los Tigres por ir a buscar el futbol europeo a como dé lugar. Es muy difícil que una apelación vaya por arriba de otra más y decida darle el sí al jugador.
Pulido tiene un problema y ese es el costo de su claúsula de recisión que es de 12 millones de dólares. Tigres informa que nunca le ha cerrado la puerta, pero que si alguien quiere acercarse a negociar está abierto a toda posibilidad. Aquí entra la parte fundamental, el dinero.
Para un equipo europeo, 12 millones de dólares quizá no signifiquen muchísimo, más barato si el jugador le dice que tiene la carta en su poder y que es libre y ha terminado su contrato con el club al que pertenecía, aparentemente eso cree el Levadiakos que existe y Tigres dice que no, que tiene una claúsula de recisión y no está cerrado a ningún diálogo con el jugador ni con nadie que lo quiera comprar.
Pulido se encaminó mal, hay un contrato donde él tiene una firma, que aunque niega que es suya y en eso se ha basado Tigres, la FIFA y el TAS para dictaminar el fallo a favor del equipo universitario.
Sería conveniente que Pulido y Tigres se sentaran a platicar y dialogaran al máximo para intentar recuperar la carrera futbolística de un jugador joven o llegar a un acuerdo para la próxima temporada. Pulido tendrá que dar marcha atrás pase lo que pase.
Es posible que Pulido pueda jugar por un transfer temporal con el equipo griego hasta que termine el efecto de la demanda.
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