Una de las acciones más incómodas e inquietantes para un portero es la siguiente: últimos minutos, tiro de esquina y el arquero rival sube a buscar el remate para el gol del empate. Más allá de lo que suceda en esa jugada, el simple hecho de que el colega se aproxime y amenace con anotar, ya implica una preocupación fuera de lo común. Esto se resume así: "si cae el gol, por favor, que no sea del portero rival".
Septiembre de 2006: San Marino 0-13 Alemania, Eliminatoria rumbo a la Eurocopa 2008. La peor derrota en la historia de San Marino. En noviembre pasado terminó con una racha de 61 partidos perdidos tras más de 10 años sin conseguir siquiera un empate.
Aldo Simoncini, arquero de San Marino, debutó ese día con su Selección. En el último minuto, Alemania ganaba 12 -0 y el árbitro turco Dereli decretó un penal sumamente dudoso, una verdadera crueldad. En ese momento Jens Lehmann, portero alemán, atravesó el campo con una sonrisa para cobrar la falta.
Dos jugadores de San Marino, el capitán Alessandro Della Valle (anotador del único gol de San Marino en toda la Eliminatoria rumbo a Brasil 2014) y Simone Bacciocchi se acercaron al portero alemán: "Lehmann, Fair Play, esto no es Fair Play", le dijeron. El alemán se detuvo, reflexionó y retrocedió para dejar a su compañero Schneider anotar el gol numero 13.
"El arquero que tira un penal en mi opinión no es respetuoso, es tratar de tomar el pelo al adversario", diría en una entrevista posterior Simoncini.
Todo lo anterior viene a colación tras la acción ejecutada por Alfredo Talavera hacia el final del encuentro ante Chiapas de la Jornada 2 en Toluca. Con el marcador 3-0 a favor, el arquero, seleccionado nacional, atravesó el campo para cobrar el penal señalado por Erim Ramírez. Más que inquietante, más que incómodo, a quienes hemos desempeñado la posición de portero y a los integrantes de Chiapas, nos pareció, al igual que al arquero de San Marino, una burla y una falta de respeto.
La gravedad del caso se incrementó porque el portero Óscar Jiménez había tenido un mal partido y, en esos casos, uno espera que el arquero rival se acerque a dar una palmadita de apoyo, no a incrementar la desgracia.
Talavera cobró el penal, Jiménez atajó y el portero de Toluca regresó a su área con la sonrisa de quien acaba de cometer una tontería tan innecesaria como intrascendente. En lo personal me alegré mucho del acierto y también del yerro, aunque ambos pasen inadvertidos en el recuerdo de este encuentro. Quizá sólo faltó que Muñoz Mustafá o el "Venado" Medina le dijeran al portero choricero lo mismo que Della Valle y Bacciocchi a Lehmann, para que éste hubiera recapacitado en la falta de respeto que para su desgracia completó y hoy le pinta una manchita en su brillante trayectoria.
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