En donde hay mucha expectativa está, en la misma proporción, la exigencia.
Los aficionados de Rayados están dando brincos de alegría por tener a la "tropa colombiana" y los felinos todavía no sé por qué, pero ambos han generado muchas expectativas para este torneo y espero que estén bien respaldadas.
Carlos Barra deberá acelerar el proceso de adaptación de sus refuerzos colocándolos cuanto antes a adquirir minutos, en el entendido de que generar un futbol más pobre de lo que nos tiene acostumbrados será muy difícil y que los puntos de las jornadas iniciales tienen el mismo valor.
En la conferencia de prensa, noté al técnico rayado algo confundido por los cuestionamientos sobre cómo se enfrentarán al Pachuca, más o menos como su equipo estuvo frente a los Leones Negros en la jornada 1.
Jugadores como Jonathan Orozco o Alexander Mejía muestran que saben los motivos de la derrota del domingo: la falta de entrega y actitud.
Carlos Barra tiene en sus manos cambiar, y me parece que está más que obligado a hacerlo. Con la llegada de esos refuerzos debe de modificar el actual sistema tan falto de creatividad. ¿Por qué no empezar mañana frente al Pachuca?
Los Tigres tendrán una visita difícil por la calidad del ataque al que enfrentarán, pero a la vez deberán sentirse como peces en el agua con los espacios que el equipo leonés suele regalar a sus rivales, principalmente cuando juega de local.
Más que nunca el éxito felino, allá en Nou Camp mexicano, estará fincado en su defensiva, la mejor virtud del "Tuca" Ferretti, que debe estar muy preocupado por la ausencia de Joffre Guerrón, el único felino que se atreve a salirse de la rigidez del esquema táctico que utiliza. Seguramente la ausencia de Guerrón mermará mucho el ataque de su equipo. No lo descarto, pero les doy a los Tigres pocas probabilidades de regresar a Monterrey con una victoria.
Y cambiando de tema: Ayer me dio tristeza ver la muestra de cómo un mal trabajo de oficina puede ensuciar la grandeza de una institución.
Lo que ha hecho el señor Jorge Vergara con las históricas Chivas, única institución que ha logrado competir al tú por tú con el América por la supremacía del futbol mexicano, con el gran el gran mérito de hacerlo con puros mexicanos.
Resulta que las Chivas se ven obligadas a casi regalar boletos para atraer a sus seguidores a su propio estadio. ¿Quién podría pensar que ver un partido de las Súper Chivas costaría menos que un chicle?
¡En la compra de un boleto le dan al aficionado un segundo boleto a un peso!
Tan grande es la desesperación de los directivos del Guadalajara que las barras bravas, vetadas en el torneo pasado, fueron invitadas a regresar al Omnilife.
Así es, amigos, parece increíble, pero las Chivas tocaron fondo... y no sólo en la tabla general.
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