Parece mentira, pero algunos equipos de la máxima categoría en México han escrito una carta a los Reyes Magos -o a quien corresponda en el peor de los casos- solicitando lo que tendrían que poseer por derecho natural: independencia moral y económica de gobiernos, municipios y agentes externos.
El torneo pasado fue el Veracruz portador de una pésima noticia: tuvo que abandonar su estadio un par de meses por los preparativos y desarrollo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. No es que los escualos hayan perdido mucha de su fuerza como locales porque de hecho nunca la tuvieron, pero la ventaja ofrecida a sus adversarios al irse a jugar a Puebla fue clara.
Ahora, es precisamente el equipo de La Franja el que se topa con una importante novedad: en semestre de descenso y con el fuego quemándole las pestañas, también cambiará de sede por la remodelación del Estadio Cuauhtémoc.
En ambas ocasiones, los proyectos dependen de terceras manos porque nuestro futbol no ha podido, por más deseos que tuviera de hacerlo, depender totalmente de sus propios recursos.
Estadios prestados, conveniencias políticas, compromisos que atentan contra su integridad y varios similares, son asuntos presentes en la agenda de la Liga que ponen la salud de algunos de sus integrantes en riesgo.
¿Será el Puebla una prioridad para quienes poseen el estadio, dado que es la manifestación más importante que puede presentar en su interior? ¿Será posible pensar en un estadio reluciente, con todas las comodidades planeadas para que juegue ahí un club de la Liga de Ascenso?
Buena noticia -renovar infraestructura lo es- proyecta sin embargo demasiada sombra.
En época de recoger varas y pensar en el futuro de una franquicia tradicional se tiran los cohetes de una inversión millonaria en el peor momento posible desde el punto de vista deportivo. Los intereses, otra vez en Puebla, no están en absoluto conciliados.
A punto de arrancar una nueva campaña, los artificios del América le ponen interés al certamen. También el orden que busca Chivas con un plantel más devaluado en prestigio que en posibilidades de resurgir. Santos Laguna con nueva apuesta levanta la mano junto con los equis regiomontanos, siempre obligados.
Pumas hace lo que puede, Cruz Azul intenta, y Pachuca, junto con León presenta novedades en sus respectivas bancas.
El futbol se ha extrañado en las últimas semanas y se alista para reaparecer con un América-León que roba cámara por la presencia de Matosas en el vestidor de enfrente.
Habrá muchas cosas nuevas que entregará el torneo aunque veamos con tristeza el caso poblano, destinado a jugar a la interperie en un momento crucial.
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