Pepe Martínez, la leyendaz "Tenía ya decidido irse a Boca, lo habían invitado y decidió aceptar. Ya la directiva le había autorizado, pero esa tragedia sepultó todo", recordó Hugo Díaz, ex defensa del Guadalajara y uno de los mejores amigos de José Martínez González, mejor conocido por todos como "Pepe", para muchos, el gran "Pepe" Martínez.
Chico de origen humilde, de pocas palabras, introvertido pero con una inteligencia para jugar al futbol como pocos, tenía sus mejores conversaciones con la pelota en una cancha de juego.
Le decían "El Mudo" porque su dialogo era apenas justo y oportuno.
"No hablaba mucho, era callado aunque ya en confianza se soltaba, pero era muy discreto. En realidad siempre fue muy noble, un buen amigo", relató Díaz.
DÍA TRÁGICO El Guadalajara de la Temporada 1980-81 voló al DF para de ahí partir en autobús a Puebla, en donde al día siguiente enfrentaban a La Franja en juego de la jornada 17.
"Siempre le gustaba sentarse hacia el pasillo, pero ese día, aunque platicábamos en el camino, me pidió cambiar de lugar, porque quería dormir un rato antes de llegar".
Díaz le cedió el asiento a su amigo y siguieron platicando de su posible partida a Argentina, el reto de ser el primer mexicano como Xeneize.
"Tenía mucha ilusión, ya tenía todo para irse a final del torneo. Recuerdo que hablábamos sobre si dejar a la familia o llevarla, los dos teníamos a las esposas con bebé por venir. Nos habíamos sentado en la tercera fila antes del final del autobús", describió Díaz.
Martínez se regodeaba con su amigo sobre los regalos para el segundo hijo que estaba por llegar.
En su último viaje a California con las Chivas para el amistoso que jugaron contra Argentinos Juniors, que en sus filas traía a un juvenil llamado Diego Armando Maradona y que sería transferido a Boca, el rojiblanco había aprovechado una tarde libre para comprar ropa y juguetes para el bebé que estaba por nacer.
"De pronto sentimos un fuerte golpe, yo me sacudí, fue muy feo", narró su amigo.
El autobús de las Chivas fue golpeado por un trailer de carga que venía en contra sentido, que había perdido el control y cruzó el camellón hasta impactar el vehículo del equipo en la parte trasera.
"Pegó del lado de donde venía Pepe. El golpe fue a la cabeza, cuando varios reaccionamos, vimos oscuro y mucho polvo, lo miré, con sangre en la cara y sin vida. No daba crédito a lo sucedido. Tardé años en borrarme esa imagen, pero sobre todo, en aceptar que mi amigo se había ido", admitiría Díaz en el 2008.
NUNCA OLVIDADO El amigo del fino mediocampista debió ser sedado por el médico ante el ataque que sufrió por haberle visto muerto y después cubierto con una sábana cuando todos estaban abajo del autobús en espera de ser atendidos por el percance.
El partido se suspendió ante el luto que ensombreció al Rebaño.
"Fue muy doloroso, yo me había quedado en Guadalajara porque estaba lesionado y cuando vi las noticias, en serio, no creía que Pepe no fuera a volver, que ya no estaría en los entrenamientos. Le pegó muy duro al grupo su partida.
"Nunca pensé en que me salvé de la tragedia, sino en que yo debí estar con los muchachos, debí acompañarlos y no saber qué hubiera pasado. Lloré ese día por lo ocurrido", relató Ricardo "Snoopy" Pérez.
Al momento de su muerte Pepe tenía tan sólo 27 años de edad, dejó a un hijo de un año de edad y uno más en el vientre de María, su joven viuda.
"Dejó un vacío difícil de llenar en el ánimo de todos. Hoy en día nadie se le parece. Fue único y pudo ser un figurón".
SU CUNA Pepe Martínez nació en Santa Cruz del Astillero, Jalisco, un poblado del Municipio de El Arenal y que hoy en día apenas rebasa los 3 mil habitantes.
"Ahí ya existe la calle que lleva su nombre. Era muy querido", contó Pérez.
El menor de once hermanos, "Pepe" fue el único que demostró amor por el balón y el juego del futbol, al grado que desde muy joven decidió trasladarse a Guadalajara para cristalizar su sueño.
En Santa Cruz todavía hay quienes aseguran ver caminar al joven Pepe Martínez por las calles del centro los domingos, leyenda de un fantasma así considerada por otros.
"Ahí va el 'Mudo', yo vi pasar al 'Mudo' y caminaba hacia casa de sus papás", dicen los que le ven.
BORRÓ A DIEGO Semanas antes de aquel fatídico final, el Guadalajara viajó a Los Ángeles para enfrentar al Argentinos Juniors, que todavía tenía en sus filas a Maradona, antes de que se fuera a Boca Juniors.
"Pepe dio uno de los mejores partidos que le vi. Marcó a Diego, prácticamente lo opacó, porque además de no dejarle hacer casi nada, distribuyó el juego, pisó el área varias veces y anotó el gol del triunfo, tanto así que sorprendió a quienes estuvimos ese día en el estadio", rememoró Checo Ponce.
En el vestidor hubo quienes le bromeaban por su actuación.
"Ese 'Mudo', ¿por qué contra éstos ches sí te luces y contra el América nomás no?", le dijeron.
Esa actuación derivó en que dos directivos de Boca que vieron el duelo de Argentinos Juniors -siguiendo a Maradona, a quien acababan de contratar-, le extendieran un ofrecimiento a Martínez para ir a probarse a Buenos Aires con su equipo.
"Se fue en su mejor momento. De no haber ocurrido esa tragedia, quién sabe hasta dónde hubiera llegado Pepe. Tenía todo para ser un crack.
"Lo de Boca quedó en eso, en algo que pudo ser, pero por la muerte inoportuna ya nunca fue", recordó Díaz.
PASÓ POR EL TRI Martínez jugó en varias posiciones, desde defensa hasta delantero, pero fue com medio ofensivo como mejor futbol desplegó, gracias a la visión de Walter Ormeño, quien le dio continuidad en ese puesto en su segunda temporada como profesional en 1972.
En 1966 llegó a la Selección Nacional, en su único llamado al Tri mayor.
"Nunca pensé que fuera ser seleccionado, la verdad ni me lo esperaba, sobre todo por lo que se decía, que el técnico no buscaba mucho a los jugadores del Guadalajara. Claro que yo quería jugar siempre para México", dijo en una entrevista para radio Pepe Martínez, al referirse al técnico Ignacio Tréllez.
Así se forjó una de las leyendas más célebres de aquel Guadalajara, uno muy distinto al de hoy.
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