Señoras y señores, terminó el campeonato del futbol mexicano y terminó como le gusta a la empresa que maneja el futbol: como una telenovela.
El encuentro tuvo drama, alta traición, poco amor, al malo de la novela, a los protagonistas, escenografía y colorido rojo. El América es el campeón y como siempre que gana hay polémica, ya sea por expulsados, se da el caso de que el técnico gana y renuncia inmediatamente o es despedido.
Se veía que era algo anunciado, Mohamed lo venía preparando hablando con la prensa de su adiós porque se sentía traicionado y hoy sabemos que gran parte de eso fue realidad. Hay quien dice que son los jugadores que pidió Mohamed para este torneo y se dice que a los hombres de los que depende el América no les gustaba cómo jugaba el equipo.
Mohamed no se calla, habló hasta que se cansó, pero al final cumplió y entregó el campeonato. Tigres jugó un pésimo encuentro, nadie puede entender que los jugadores profesionales dirigidos por Ferretti salgan nerviosos, que no puedan hacer bien dos jugadas, Tigres estuvo desconocido totalmente y eso lo aprovechó el América. Los universitarios llegaban al Estadio Azteca con 14 partidos sin perder, una racha impresionante, pero se acabó con un 3-0 contundente de las Águilas apoyado en la falta de Burbano, del error que comete el árbitro con Damián Álvarez, podía haber seguido expulsando jugadores, no había ningún problema.
El América cerró filas en el vestidor en favor de su técnico. El argentino amenaza con regresar y seguramente a un equipo que le gane al América y sea rival.
Así se dan las cosas en el futbol mexicano, dirigido por una sola empresa de la que dependen todos los equipos, la mayoría por derechos de televisión, de ella depende el arbitraje, las Comisiones, la Federación y todo, nada es independiente y los aficionados se han acostumbrado a eso.
El América fue mejor en el campeonato, el menos malo de un torneo mediocre con una Liguilla floja, con pocos goles y espectáculo. Los directivos tienen que empezar a cambiar la forma de hacer la Liguilla, de cómo clasifican, del gol de visitante, si el que tiene más puntos debe pasar. Hay que hacer cambios porque el futbol que se vivió en la Liguilla dejó mucho que desear y el público se decepciona, no los aficionados americanistas que deben estar felices. Al final son cuatro campeonatos cortos, más los ocho largos que tenía el América y lo colocan como el número uno con 12 campeonatos por arriba de las Chivas.
Así termina la telenovela con un final feliz, con héroes y antihéroes, protagonistas y antagonistas, con el título en las manos y el que lo gana es despedido, difícilmente pasa en otras partes del mundo. Fue una telenovela de horario estelar, pero al final resultó una gran telenovela llevada al futbol.
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