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La Dominguera
San Cadilla | 14-12-2014
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ZAPATERO, A TUS ZAPATOS
 
Conocido como el "Mejo" -pues nunca pudo decir "mijo"- Daniel Osorno (El Salto, Jalisco; 16 de marzo de 1979) vivió buenos momentos dentro de la cancha, mismos que fueron opacados por sus actuaciones fuera de ella.

A pesar de que nunca dio de qué hablar por fiestero, sí lo hizo por sus acciones, frases y negocios.

Como jugador, Osorno tuvo buenos momentos, pues disputó el Mundial Juvenil de Nigeria 1999, participó en la Final del Verano 99 y hasta le dio a la Selección la Copa Oro 2003, pues con un gol suyo, México venció a Brasil en la Final.

Pero, como dicen mis amigos de la refaccionaria, vamos por partes.

 
 
CARRERA DE ALTIBAJOS
 
Humilde, con su estilo desenfadado, pero también muchas ganas de crecer, fuera de patear un balón, a Osorno la vida le daría golpes de los que poco a poco debió recuperarse.

Por principio de cuentas, fue de los jugadores que pudo cambiar la historia del Atlas con un título en 1999, pero pocos se acuerdan.

Justo cuando la serie de penales ante el Toluca estaba empatada, el "Mejo" pudo poner arriba a los Zorros, pues en la tercera ronda de disparos, Erubey Cabuto le atajó el tiro a Fabián Estay, pero el de El Salto la voló con la zurda y se mantuvo el 2-2 momentáneo.

Tras esa caída, Osorno fue enviado al Monterrey en el 2003, pues como todo canterano de la anterior administración del Atlas, quiso salir corriendo del club.

"Yo dije 'voy rápidamente, dónde firmo', porque yo quería salir (de Atlas). Estoy muy agradecido con el equipo de Monterrey y también con el Atlas, porque tenía 6 meses más de contrato", recordó el jugador.

Ahí, fue convocado por Ricardo La Volpe y jugó la Copa Oro, torneo en que le dio el campeonato al Tricolor al anotar al minuto 99' el gol del triunfo, lo que ponía al "Mejo" en el aparador.

Regresó al Atlas y en el 2007 fue presentado por el Colorado Rapids de la MLS, donde tuvo su primer regada importante.

Osorno no supo que necesitaba una visa de trabajo para jugar futbol en el vecino país del Norte y lo hizo como turista.

Todo iba viento en popa hasta que quiso renovar el documento y las autoridades migratorias detectaron que permaneció más tiempo del permitido en tierras estadounidenses, por lo que le negaron un nuevo permiso.

El zurdo no pudo entrar durante varios años a los Estados Unidos, hasta que pidió un perdón al consulado, el cual le concedieron tiempo después.

Tras aquel episodio, regresó al Atlas, jugó en Dorados, Puebla y Correcaminos para después retirarse de forma voluntaria en el 2012.

 
 
MÁS VALE MAÑA...

Como cualquier persona, el "Dany" tiene sus gustos y siempre se dio el lujo para cumplirlos.

La música de banda siempre lo volvió loco, por lo que se animó a comprar la agrupación "Pura Caña", con la cual a veces aparecía tocando el güiro.

"Si me toca ir con la banda o me preparo para ser vocalista, yo creo que sí lo haría, porque me encanta y me gusta cantar", mencionó en alguna entrevista.

El problema fue que no siempre estuvo al pendiente de la banda y dejó a sus amigos encargados de la misma.

"Yo siempre cuido tener gente de confianza a mi lado; sé que es muy difícil distraerse del futbol", comentó. "Si yo tuviera contacto con todo, sí me distraería. He visto a varios jugadores que invierten, pero luego se les acaba. Yo quiero sacarle provecho a esto".

Los problemas llegaron y finalmente decidió dejar el proyecto en el que invirtió mucho dinero; por estar metido en los bailes y la farándula, descuidó el futbol.

Confiar en la gente siempre fue uno de sus grandes problemas, pues no fue el único negocio del que salió perjudicado económicamente.

"La gente que estuvo a mi alrededor sólo estaba por conveniencia. En vez de dedicarme al futbol me llevaban a otra parte y ésos no son amigos. Gracias a Dios estoy para más y quiero superarme. Hay pocos extremos por izquierda y lo tengo que aprovechar", expresó.

Pero lo único que alcanzó a levantar fue su discoteca "Dany Boy", en El Salto, aunque ésta no fue descuidada debido a que se ubicaba detrás de la casa de sus padres, quienes de vez en cuando le echaban un ojito.

Los cuetes también fueron parte de su alocada personalidad. Semana en la que Osorno no tronaba explosivos era sinónimo de preocupación. Y si no me creen, pregúntenle al brasileño Danilo Vergne, quien en una ocasión fue alcanzado por uno de sus "juguetitos".

"Ahora sí mi compañero de cuarto no me va a olvidar en mucho tiempo, pero neta que tuviste mucha mala suerte", le dijo Osorno al brasileño, quien fue diagnosticado con una quemadura de primer grado en su tobillo derecho.

 
 
¿QUE DIJOOO..?

Otro tema que nunca se le facilitó fue el del contacto con la prensa, pues de a tiro por viaje se aventaba frases irrisorias, que fueron épicas en el anecdotario del zurdo.

A pesar de que muchas no las acepta como suyas, futbolistas y amigos del "Mejo" recuerdan sus famosas "la vida da ruedas" o "hay que tener la tierra sobre los pies".

Hay quien también afirma que en una ocasión, llenando un formato migratorio, escribió en el apartado de "estado civil": El Salto, Jalisco.

Pero de Osorno no sólo se recuerdan frases curiosas, sino episodios que rememoran sus compañeros, como la vez que ocasionó risas en los trabajadores de una sucursal de televisión de paga, a la cual acudió con la intención de "ponerle cable" a su vehículo, un Cabrio con TV.

Y es que la escuela fue un tema aleatorio en la vida del "Mejo", quien debido a la falta de recursos económicos y a que sus padres no vivían en la abundancia, tuvo que dedicarse a jugar futbol en lugar de tomar los libros.

 
 
UN ÚLTIMO AIRE
 
El adiós de Osorno del profesionalismo pudo haber llegado antes del 2012, pero en el 2009 resucitó dentro de la cancha.

Con José Luis Sánchez Solá en el banquillo, el zurdo pidió una oportunidad para jugar con el Puebla, pues quería demostrar que aún tenía mucho por dar en el balompié azteca.

Tras varias charlas, la directiva poblana le dio el "sí" a Osorno, quien fue registrado con los Camoteros para el Clausura 2009, donde se convirtió en una grata revelación.

"Estoy a tiempo. En realidad, yo tuve la culpa por todo lo que he hecho, lo de la banda, la gente que estuvo a mi alrededor, los descuidos. Eso depende de mí, de las cosas malas que hice. Yo estoy dando la cara para transformar mi vida, estar en Primera División y jugar futbol", comentó en el 2009.

Sus buenas actuaciones lo pusieron de nuevo en la mira del Atlas, que lo repatrió para vivir una tercera y última etapa.

Las aguas tomaron su cauce y en el 2011 regresó al Puebla; un año después, se fue al Correcaminos, donde posteriormente colgó los botines.

 
 
UN GRAN CORAZÓN
 
De lo que no hay duda es del buen corazón que siempre caracterizó a Osorno, quien a pesar de que le ha llovido, supo regresar algo de lo que ganó como futbolista.

Regalar juguetes a los niños en Navidad y una fiesta en diciembre para niños con cáncer y sida son actividades que procuró. Nunca se negó a ayudar a la gente e incluso organizó partidos de futbol en El Salto para recabar fondos para necesitados.

Su vida continúa y tras el retiro, Osorno es parte del programa "Glorias del Deporte", en Culiacán, Sinaloa, donde fomenta el deporte y evita los malos hábitos en los pequeños.

 
Mail: san.cadilla@mural.com
Twitter: @SanCadilla
 
 
 
 
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