La sorprendente entrada del domingo pasado en la Plaza México tapó muchas bocas.
Y les cuento por qué.
Al contrario de desear que Eulalio López "Zotoluco" tuviera una encerrona triunfal, por el bien de la fiesta, muchos auguraban una entrada menor a 5 mil personas y un rotundo fracaso en un acontecimiento que no se daba desde hace casi 30 años.
Cerca de 20 mil personas se metieron a la México, por interés, morbo o por el noble objetivo de divertirse con la actuación en solitario de un torero que, puede o no gustar en su tauromaquia, pero al que no se le puede negar que ha dado la cara en las últimas dos décadas.
Por eso "Zotoluco" tenía el derecho que le dio Rafael Herrerías: Formar parte de una historia que solamente cinco matadores han construido, la de las encerronas.
Así que la entrada fue el primer triunfo de la tarde.
El buen desarrollo de la encerrona se debió gracias a la presencia del ganado, que mucho cuidaron desde un principio.
Toros de muy bonitas hechuras, pero serios, bien presentados, nada ostentosos, ideales para estar frente a ellos y para que el público desde arriba no tuviera pretexto para protestar.
Destacó el de Xajay, el más completo por su bravura y buen estilo; hubo clase en el de Marrón y nobleza en el de Garfias.
Eulalio derrochó oficio, técnica, pero sobre todo madurez, un toreo templado y por momentos de mucha estética.
Si no pudo estar más variado es porque toreó con una fractura en el meñique izquierdo, lesión que nos reveló la noche del sábado.
"No quiero decir nada y que crean que estoy tendiendo la cama, por si algo no resulta", nos confió.
Dos orejas fueron pocas, sí, numéricamente, aunque en este tipo de eventos el balance debe ser artístico.
Salió en hombros en medio de una gran cantidad de espectadores. Y eso, le dará a Eulalio vigencia, aunque algunos apostaban porque ésta sería su adiós.
DE SUPUESTOS Lo de la reaparición de "Capea" y Fermín "Armillita" para torear con sus hijos fue un borregote salido de una peligrosa sobremesa.
DE RECUERDO El próximo 9 de diciembre se cumplen 35 años de la alternativa del tapatío Alfonso Hernández "El Agaveño" -aunque muchos le dicen erróneamente "Algabeño"-.
Fue o no importante como novillero que Curro Rivera y Miguel "Armillita", dos figuras, lo hicieron matador en San Luis Potosí.
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