Un equipo de futbol cambia por dos razones: aprendió demasiado o sufrió lo suficiente.
Más que un histórico resultado, el Monterrey nos debía una demostración de honorabilidad, de amor propio, de decoro, nobleza, aventura.
Lo que vimos ayer sólo ellos saben por qué hasta ahora lo sacaron a relucir. Esos son los misterios que hacen de esta profesión algo adictivo.
Y como a veces duele hacer lo correcto, podemos deducir que Carlos Barra demoró hasta el límite la decisión de guardar a Humberto Suazo en el banco.
Pero hoy, con la vergüenza por delante, no tengo empacho en escribirlo: "¡Señores, me callaron la boca!".
¿Que los Rayados son un equipo con Dorlan y otro muy distinto sin él? Sin duda. Pero para efectos prácticos, como Pabon sí estará contra el América, ahora serán ellos, y no la afición Rayada, quienes deben preocuparse.
Para los Tigres y el Monterrey la distancia entre la realidad y la ilusión cada día es más corta.
Por cuarta vez en la historia del futbol regiomontano, ambos coinciden en fase Semifinal. ¿Habrá otro Clásico antes que termine el 2014? Muchos lo deseamos, pero primero deberán eliminar al Toluca y América.
Del otro lado de la Ciudad, también el "Tuca" Ferretti acotó las críticas de aquellos que aún no comulgan con la expresión futbolística de su equipo, independientemente de tener 12 partidos sin conocer la derrota y jugar tan bien, o mejor, que cualquiera de los tres restantes.
El equipo de la "U" volvió a los primeros planos por una ruta muy diferente a la del Monterrey cuando en primerísima instancia entendió que sus figuras ya sólo brillaban en el corazón de la siempre melancólica tribuna.
Si hacemos memoria, al terminar el torneo pasado, el "vox pópuli" pedía la cabeza del entrenador, porque para muchos era Ferretti quien obligaba a Lobos a chocar y perder el grueso de los balones.
Porque era Ferretti quien le había restado reacción, potencia y velocidad a Salcido. Porque era Ferretti quien prohibía a Danilinho desbordar y patear a gol. Y porque era Ferretti quien replegaba a su equipo tan pronto marcaba un gol.
Tampoco podemos negar que Ricardo, de la nada, se hizo acreedor a esa imagen de cacique intolerante que hoy anteponen sus críticos cuando desmenuzan el accionar de sus jugadores.
¿Que el "Tuca" tiene defectos? Sí. Pero al final del día, es su equipo quien debe hablar por él. Y, por lo pronto, el sábado contra Pachuca, además de patear 20 veces a gol, fueron valientes aguantando por más de 20 minutos el mano a mano de sus dos centrales frente a Carreño y Nahuelpan cuando en teoría lo importante era no recibir gol. ¿No cree usted?
PD: Nunca volveré a perder la esperanza. Ayer aprendí que los milagros pasan todos los días.
Lo escrito, escrito está.
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