Lamentablemente, el arranque de la Liguilla ha sido un fiel reflejo del nivel de la fase regular, salvo el duelo Tigres-Tuzos que resultó un buen partido.
El buscar aprovechar su condición de local y el reglamento, cuyo goles de visitante pueden hacer la gran diferencia, los empujó a ambos al ataque, mientras que la gran experiencia de "Tuca" y "Ojitos" Meza salió a flote para mantener a sus equipos ordenados defensivamente.
El equilibrado sistema que utilizaron llevó el partido a un placentero equilibrio de fuerzas durante los 90 minutos, en donde cualquiera pudo haber ganado, pero siento que el empate terminó por ser justo.
Lo que sí careció de equilibrio y tino fue el trabajo arbitral, ya que el silbante se equivocó mucho al tratar de evitar las tarjetas amarillas y no expulsar al felino Hugo Ayala.
Ayala cometió una falta en una jugada manifiesta de gol y siendo el último hombre de la línea defensiva. La decisión de no expulsar al jugador de Tigres resultó ser una gigantesca pifia del señor Miguel Ángel Chacón.
Dejando de lado el arbitraje de Chacón, considero que el resultado final fue muy bueno para los Tigres, ya que los pone con la ventaja de poder ganar por cualquier marcador o empatar 0-0 o 1-1, para avanzar a la Semifinal.
Con el autogol del mismo Ayala ya en tiempo de compensación, los Tuzos se mantuvieron con vida y coleando.
La velocidad y la buena técnica en su futbol durante la temporada regular les dio a los Tuzos casi la mitad de los puntos que los llevaron a la Liguilla.
En lo personal, creo que su estilo de futbol los viste mejor jugando como visitantes, y si el juego de ida estuvo bueno, podemos esperar algo todavía mejor en el partido de vuelta.
¡GRAN RESULTADO!
No es una broma, pero considero la derrota rayada de 1-0 como un buen resultado.
No me acuerdo haber visto un partido de pretemporada en plena Liguilla. El Atlas no jugó nada y el Monterrey fue un poco peor.
Con la actitud derrotista después de la falla de "Chupete" al cobrar el penal, con indisciplina táctica, con defensores que querían atacar y atacantes que estaban inmóviles, con mediocampistas que se mostraban sin técnica, a excepción del "Chelito", con lesionados que quisieron estar y no estaban y con huecos defensivos por todos lados, haber recibido sólo un gol y seguir vivos para el juego de vuelta son motivos para festejar.
La cobardía futbolística enseñada por el Atlas podría costarles cara. El Monterrey de ayer hizo todo para ser goleado y eliminado de la Liguilla, pero al Atlas del señor Tomás Boy le entró el pánico de la grandeza y en el pecado puede llevar la penitencia.
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