Silencioso Muy grata fue la impresión que dejó Carlos Vela en su regreso a la Selección, no sólo entre los compañeros, sino en el cuerpo técnico, encabezado por Miguel Herrera.
El "Piojo" se dio cuenta de que el cancunense, aún con su acento españolao y su sonrisa eterna, es un tipo ligero, que juega futbol porque le gusta el ambiente, aunque no sea su prioridad en la vida, y hace buen grupo.
En las cenas o comidas, algunas de ellas en restaurantes de primera línea en Ámsterdam, otros seleccionados, como Giovani dos Santos y Andrés Guardado, le cargaban bromas en referencia a su autoexilio del Tricolor.
"¿Ya ves de lo que te estabas perdiendo?", le decían a la hora de sentarse.
El delantero de la Real Sociedad se mostró adaptado, pero sobre todo cómodo con el trato que le dio el "Piojo" durante la concentración, sin preguntarle directamente los motivos de su capricho de no jugar con la Selección en los últimos tres años.
En donde la "Hiena" no siente comodidad es con los medios de comunicación, sobre todo con los mexicanos, a los que seguirá dejando con el micrófono estirado ante el temor de que lo vayan a reventar, como le dijo a los de su confianza.
Héctor González Iñárritu, como director de Selecciones, le recomendó zanjar el tema y atender a los medios sin tocar el pasado, pero el futbolista prefiere mantener su silencio y mejor hablar en la cancha.
Digo, tampoco es que se pierda mucho por no escucharlo.
El canterano de las Chivas no ha brillado precisamente por su lucidez ante los micrófonos, ni creo que se esté guardando la fórmula para ser campeón. Así que mejor ya no le digan la "Hiena" y mejor llámenle el "Silencios", pero que en la cancha hable como sabe hacerlo.
De fiesta Algo tiene ese centro comercial que cuando no te encuentras a un jugador de compras, lo ves comiendo en sus restaurantes y, aprovechando el puente, hasta haciendo fiestas.
Ese fue el caso de Héctor Reynoso, central de la UdeG, quien celebró el cumpleaños de su pequeña hija en una terraza para eventos en ese sitio de Avenida Patria.
Muy ameno se veía desde fuera el convivio, pues con todo y que fue fiesta infantil, cerca de las 21:00 horas la música de banda se escuchaba a todo volumen; hubo invitados de su actual equipo y algunos de sus ex compañeros de las Chivas.
Antes cualquier evento social en el que Reynoso era visto era motivo de crítica, por el mal momento que vivía con el Guadalajara, pero ahora que su equipo poco a poco comienza salir de la crisis del descenso, ni quién le reclame, pues ha mostrado mucho profesionalismo en esta etapa de su carrera.
¿Pero para qué anda sonsacando a los rojiblancos, quienes están viendo la tempestad y no se hincan? Es pregunta.
Y ya que hablamos de Reynoso, resulta que el cuerpo técnico de las Chivas, encabezado por José Manuel de la Torre, ve con buenos ojos que el zaguero regrese luego de un año fuera, pues nota en él a un tipo con muchas agallas y carácter para afrontar circunstancias adversas, como jugar por no descender.
Sobre todo, a estas alturas no creo que las Chivas quieran reforzar más al equipo con el que lucharán directamente por no irse a la dimensión desconocida, digo, porque Reynoso sentó ni más ni menos que al capitán Leandro Cufré en la UdeG.
Una cosas tiene bien clara el zaguero: en su futuro inmediato la prioridad será mantener la categoría, en uno u otro equipo.
Midiendo el terreno No es un secreto que la directiva de los Leones Negros está más que consciente de que tiene que reforzar al equipo con elementos de calidad.
Aunque no han establecido un contacto formal, ya hay algunos jugadores que están en la lista para tantearle el agua los camotes.
En la lista de posibles opciones están están Néstor Calderón, del Santos; Alejandro Vela, del Cruz Azul, y Darvin Chávez, del Monterrey.
Además de esto, del extranjero esperan fichar al menos un par de jugadores, digo, por ganas no quedará en caso de que en mayo no logren la permanencia en Primera.
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