La capacidad de adaptación es definitivamente una de las características indispensables que debe tener todo futbolista... y todo aquel que se desarrolle laboralmente dentro del futbol.
Existen técnicos tan confiados de su sistema y sus jugadores, o quizá tan soberbios de su propio conocimiento, que no modifican tácticamente nada, pese a tener oponentes totalmente distintos de un partido a otro. Peor aun, incapaces de modificar incluso en medio de severas crisis.
El miércoles, Miguel Herrera sorprendió a críticos, analistas y rivales con su formación inicial, tras haber dado a conocer su alineación un día antes y sin despertar sospechas. El detalle resultó definitivo: Diego Reyes, defensa central, fue ubicado como volante de contención defensivo, junto al "Gallo" Vázquez.
El sistema de juego debe adaptarse a los jugadores (propios y rivales), nunca al revés. En una Selección, el técnico (en el caso de un país como México) tiene una amplia baraja para convocar a futbolistas con características a su gusto, esa es la ventaja, si así se le quiere llamar.
Desde aquel lejanísimo 1-1-8 que se utilizaba en 1870 hasta hoy, los sistemas de juego han evolucionado como lo ha hecho el propio futbolista, física, mental y técnicamente... pero también las variantes, que consisten en adelantar, retrasar o enrocar jugadores.
"No esperes diferentes resultados haciendo lo mismo", pudo ser lo que pensó Herrera previo a este nuevo enfrentamiento contra Holanda. Por tal motivo, decidió retirarle la invitación a Robben para ganar la espalda de sus carrileros y enfrentar uno a uno a sus centrales ya muy cerca del área. Consciente de lo sucedido el 29 de junio en Fortaleza, esta vez puso en práctica su aprendizaje con calificación de excelencia y con cuatro defensas venció al tercer lugar de la pasada Copa del Mundo.
Tuve la fortuna de tener como técnicos a dos personajes muy exitosos y antagonistas: mientras La Volpe implantaba su sistema sin importar el rival, lo practicaba con miles de repeticiones, buscaba tener el balón y exigía al límite a sus jugadores, Lapuente ponía demasiada atención en el equipo contrario, estudiaba la manera de contrarrestar, modificaba sus entrenamientos de acuerdo al oponente y cedía el balón durante el juego para recuperar y contraatacar. Dos ideas que en su momento fueron sumamente exitosas y que solamente comprueban la posibilidad de llegar a un mismo punto por caminos tan distintos como imitados. La evolución exitosa de ambos sistemas ha resultado la combinación de ellos, aunque los autores originales no lo hayan hecho.
Escribe Guillem Balagué en su Biografía de Pep Guardiola que, en una charla entre Alex Ferguson y el hoy técnico de Bayern Múnich, el escocés le dijo: "Nunca pierdas de vista quien eres. Muchos entrenadores jóvenes cambian por mil razones... porque las cosas no salen bien a la primera o porque el éxito les transforma... No se dan cuenta que el futbol es un monstruo al que solo puedes vencer y enfrentarte si siempre te mantienes fiel a ti mismo, en cualquier circunstancia".
Y sí, tal cual, Miguel Herrera ha cambiado, eso nadie lo duda. La exhibición de la Selección Mexicana en Amsterdam fue una muestra. Sabe adaptarse y ha logrado la adaptación de sus jugadores. Es justo reconocer un avance más en su prolífera carrera.
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