DE REFLEXIÓN...
Lo sucedido en Bogotá hace unas horas con la manifestación pacífica organizada por el maestro César Rincón y secundada por los toreros más emblemáticos del mundo taurino, debe movernos a una reflexión.
¿En México que se hace para defender la fiesta brava?
Lamentablemente, muy poco.
Todos los días escuchamos, leemos, vivimos y hasta padecemos, los embates de aquellos que con argumentos faltos de información, algunos movidos no por una defensa legítima a los animales, sino por posturas políticas, quieren acabar con la fiesta brava.
Sin importarles la tradición, la cultura, pero sobre todo sin aportar ideas sólidas para saber qué van a hacer con tantos toros de lidia que hay en el mundo, qué con los extensos terrenos de campo que son áreas protegidas que mantienen los propios ganaderos, qué con quienes sustentan su vida en esta actividad, se mantienen firmes en una fijación.
¿Debemos esperar a que, como en Bogotá, un político con oscuro pasado -aquí los tenemos para aventar para arriba- haya secuestrado la fiesta, impidiendo, por sus pistolas, la celebración de espectáculos taurinos, para conseguir una defensa seria de la fiesta?
El maestro César Rincón tomó en sus manos la batuta para conseguir mostrarle al mundo que la fiesta brava es un espectáculo del pueblo, de la idiosincrasia de un País.
Lo bueno es que encontró respuesta en toreros de la jerarquía de "El Juli", Curro Vázquez, Miguel Ángel Perera, Iván Fandiño, Alejandro Talavante, José María Manzanares, Octavio García "El Payo", Diego Silveti, Miguel Abellán, entre otros, quienes viajaron a la capital colombiana para apoyar a la fiesta.
DE GANADEROS...
Y una buena manera de defender nuestra fiesta está en los ganaderos, que lamentablemente, han disminuido la bravura de sus animales dando paso a astados sosos, descastados y muy deslucidos, que lo único que impiden es el triunfo de los toreros, la emoción en el ruedo.
Salvo garbanzos de a libra, la mayoría de los toros lidiados en la Plaza México en este inicio de Temporada Grande y en la primera parte de la campaña del Nuevo Progreso, son claro ejemplo de ello.
DE TRIUNFADORES...
Necesario para él fue el triunfo de Arturo Saldívar el pasado domingo en la Plaza México, donde Talavante confirmó su sólida tauromaquia aunque el juez le donó dos orejas que le restaron el verdadero valor de su faenón.
Quiero imaginar ¡cómo fue la faena en vivo! que realizó Daniel Luque, un torero que no le da importancia a ninguno de sus trasteos, pero que convenció al exigente juez tapatío para que le diera un rabo, trofeo que no se ve comúnmente en el Nuevo Progreso.
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