La llamada El viernes por la noche sí hubo llamada para el árbitro Fernando Guerrero, quien recibió fuertes reclamos de parte de Andrés Fassi, vicepresidente del Pachuca, los cuales, para su mala suerte, quedaron en video.
Al colegiado se le pidió no dar importancia al incidente para evitar escándalos, luego de todo lo que se había vivido en la semana con el paro de los silbantes para exigir cambios en la Comisión.
Sólo que Guerrero ni siquiera se dio cuenta de que los estaban grabando, detalle que tampoco sabía la persona que estaba al otro lado de la línea.
Así que, como es imposible tapar el sol con el dedo, ahora la Disciplinaria tendrá que investigar los reclamos de Fassi, además de los comentarios provocadores de Alejandro Irarragorri, presidente de Santos, que también desataron empujones y gritos.
Y mientras, el gremio arbitral sigue siendo exhibido y a merced de lo que dicten detrás del teléfono, tal y como lo señaló el ex árbitro Marco Rodríguez, quien dijo que quieren silbantes que no marquen penales y que hagan ver al futbol color de rosa.
¿Y usted quién es?
No sé si fue por la excesiva seguridad o porque de plano ya tiene tanto sin jugar que en Cruz Azul ya se olvidaron de él, pero Luis Amaranto Perea protagonizó una curiosa escena el sábado pasado en el Azul.
Minutos antes del partido contra Pumas, el colombiano se dirigió a la entrada VIP, en la puerta 1, donde lo revisaron detalladamente de la cabeza a los pies e incluso le hicieron abrir su bolso, no fuera a ser que por ahí llevara escondida un arma o un proyectil.
Perea, quien no juega desde mayo, dijo que no acelerará su regreso a las canchas, pero quizás ahora cambie de opinión, no vaya ser que a la otra lo manden a la cabecera visitante.
Reventa organizada La reventa demostró estar bien organizada para el partido Toluca-América jugado ayer en el Estadio Nemesio Diez.
Los revendedores se hicieron de los boletos desde el primer día en que salieron, el miércoles, con todo y que sólo se ofrecían a los abonados, beneficio que al parecer ellos poseen.
El club permitía comprar hasta cuatro boletos por cada abono en Palcos, Sombra Preferente o Sombra General, y desde las 8:00 horas, cuando empezó a llegar la gente, ya había dos revendedores formados. Ellos fueron dejando pasar a la fila a unos 20 revendedores más, que contaban con hasta 10 abonos por persona y compraron entradas para aventar para arriba gracias a la repartición de efectivo que hizo un hombre que llegó justo antes de entrar a las taquillas internas del estadio.
El descaro fue tal que, apenas salían del inmueble, y ofrecían las entradas.
Aquí nos tocó vivir...
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