"Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo... del miedo al cambio". Octavio Paz.
Si los dirigentes Rayados siguen obsesionados en mantener a los jugadores de importante pasado, pero disminuido presente, el futuro de la institución permanecerá secuestrada por los sentimientos que sólo magnifican las épocas de gloria.
Del aquel título del 2010 ya pasaron cuatro largos años. Y a partir de ese momento, el Monterrey sólo ha alcanzado las casillas 7, 11, 2, 7, 9, 11 y 10 de la general.
Se fue Vucetich, luego el "Profe" Cruz y la zona técnica aún sigue flanqueada con signos de interrogación.
En enero del 2014 invirtieron como solución en Morelo, De Jesús, Ramos y Cándido Ramírez, pero lejos de arreglar el problema, la situación se agravó.
Y a lo largo de estos últimos 15 partidos, quedó demostrado que con los acertados fichajes de Pabon y Estefan Medina, aún urgen tres nuevos titulares por realmente competir.
La base de estos Rayados ya se oxidó. Sus figuras no pueden volver al ayer porque las inclemencias del tiempo los han transformado en personas diferentes. En los últimos dos años, entre Neri Cardozo, el "Chelito" Delgado, Lucas Silva y Humberto Suazo, promedian 9.5 goles por torneo.
El desenlace también se agravó cuando planearon que la "Pina" Arellano, Cándido Ramírez, Gael Acosta y Madrigal nutrieran la competencia interna.
Y ahora, sin importar el lugar que terminen ocupando, a la directiva encabezada por Luis Miguel Salvador se le vuelve a poner a prueba con la siguiente encrucijada: Uno, darle continuidad al plantel y a Barra.
Dos, sólo remplazar al entrenador.
Tres, sustituir por lo menos a tres titulares y ratificar a Barra.
Y cuatro, contratar a tres estelares junto a un nuevo entrenador.
Y como el buen futbol también lo hacen los buenos directivos, es imposible excluir del análisis a los profesionales de pantalón largo: ¿El Monterrey cuenta con los dirigentes idóneos para armar un equipo acorde al nuevo estadio de futbol?
Según Peter Drucker, la mejor estructura nunca garantiza los resultados ni el rendimiento. Pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso.
Por lo pronto, si los Rayados suman un punto más de los seis que aun tiene por delante, amarran la Liguilla, logro que no alcanzaron en los últimos dos torneos.
¿Y los Tigres? Bueno, a diferencia del Monterrey, a ellos sólo les falta un nuevo centro delantero. ¿No cree usted?
PD: "Nunca puedes saber los resultados que vendrán de tus acciones, pero si no haces nada, no habrá resultados". Mahatma Gandhi.
Lo escrito, escrito está.
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