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La Dominguera
San Cadilla | 02-11-2014
en CANCHA
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El peor jugador de la historia
 
Anotar un gol en el último minuto, realizar una jugada de fantasía, lograr una atajada heroica.

Todos soñamos alguna vez con ser pateabalones y triunfar en las mejores ligas del mundo. Claro, soñamos. Y, ¿si con un poco de picardía y algo de fortuna ese sueño se hiciese realidad?

Tal fue el caso de Ali Dia, el "primo" de George Weah, quien disputó un solo juego en la Premier League... sin más experiencia que la del amateurismo.

En el futbol mexicano abundan los jugadores -sobre todo extranjeros- que por la viveza de algún promotor o la recomendación de una ex figura, se hacen de contratos millonarios que jamás desquitan en la cancha.

Pero lo del senegalés Dia, el supuesto "crack" que Weah recomendó a Graeme Souness, técnico del Southampton, es catalogado como uno de los más grandes timos en la historia del balompié.

 
 
LA LLAMADA DE WEAH
 
En el otoño de 1996, una llamada telefónica llega al despacho del escocés Souness, DT del Southampton; del otro lado de la línea, alguien que dice ser George Weah, el mítico delantero liberiano, entonces jugador del Milán.

Un poco sorprendido, Souness escucha con atención al flamante Balón de Oro: éste tiene un primo que es un fenómeno, ha sido 13 veces internacional con Senegal y recién ha terminado su contrato con el París Saint-Germain.

En un mundo ajeno todavía al uso del Internet y el Youtube, el técnico confió a ciegas en la palabra de su interlocutor; además, con seis bajas por lesión en su plantel, necesitaba con urgencia un atacante. Total, ¡era el primo de Weah!

Así, la conversación en italiano -Souness jugó en la Sampdoria- terminó con el ofrecimiento del estratega de darle una oportunidad a la "joven" promesa.

 
 
COMIENZA LA FARSA
 
Dos días después, Ali se presentó con el Southampton. Se enfundó la casaca de entrenamiento y, en primera instancia, Souness no vio nada extraordinario en él; incluso, lo notó fuera de ritmo y con poca ubicación. Normal, quizá, por tratarse de su primera práctica.

Además de ser el DT, Souness era el encargado de realizar los fichajes del club, por lo que le ofreció a Dia un contrato de un mes -algo común entre los equipos ingleses-, a cambio de 100 mil libras. Había que darle el beneficio de la duda.

Dia -quien después se supo, había sido rechazado en una prueba por el modesto Rotherham United-, recibiría minutos en un amistoso entre las reservas de los Saints y del Arsenal. Pero el juego fue cancelado por lluvia.

Así, sin evaluar a fondo las condiciones de este supuesto fenómeno del balón, Sounness lo convocó para el siguiente juego de Liga, contra el Leeds United.

 
 
EL DÍA DEL DEBUT
 
El 23 de noviembre de 1996 quedará en la historia del Southampton... por hacer el ridículo.

A los 32 minutos del juego contra el Leeds, Mathew Le Tissier, el capitán y estrella del Southampton, pide su cambio debido a una molestia.

El técnico voltea a la banca, duda un poco y finalmente se decide: el que ingresaría para sustituirlo era Dia, su as bajo la manga.

Con el 33 en los dorsales, el senegalés se dispone a entrar, mientras el sonido local anuncia su nombre. Miles de aficionados en The Dell, entonces sede del conjunto rojiblanco, lucen a la expectativa, pero le aplauden.

Su primera intervención -siguen alineándose los astros- fue un disparo a puerta. Lo que sucedió después fue tan grotesco como hilarante.

Desorientado sobre la cancha, abanicando balones y con una técnica que envidiaría el mismísimo Cantinflas, definitivamente, no parecía un jugador profesional. Porque no lo era.

"Fue increíble. Fue como ver a Bambi correr sobre el hielo. Muy, muy embarazoso", reconoció Le Tissier sobre aquel espectáculo.

Como era de esperarse, Souness no quiso contribuir más al papelón y lo mandó sacar con sólo 20 minutos en el campo, ante las risas y burlas de la tribuna.

Por cierto, el Southampton perdió esa tarde 2-0.

 
 
NI SUS LUCES
 
La mañana siguiente, Dia no se presentó a entrenar, argumentando que debió ir a la enfermería para atenderse de una lesión le había impedido mostrarse a plenitud un día antes.

"Pero se fue y no volvimos a verlo... nadie supo a dónde se fue", recordó Le Tissier.

Souness se resistía a creer que una figura como Weah le hubiese aconsejado contratar a semejante esperpento, por lo que solicitó su número telefónico.

"¿Primo, cuál primo?, ¿Ali qué...?", debió ser, palabras más palabras menos, la respuesta de un desconcertado Weah, quien negó rotundamente haber recomendado a algún jugador para el Southampton, y menos que se tratase de un familiar.

No había duda, le habían tomado el pelo.

 
 
LA VERDADERA HISTORIA
 
Ali Dia, nacido en Dakar, capital de Senegal, el 20 agosto de 1965, nunca había jugado a nivel profesional, sino sólo deambulado por un puñado de equipos semiprofesionales franceses, finlandeses y uno alemán, hasta llegar a Inglaterra, al Blyth Spartans, de la séptima división.

Además, tenía 31 años -¡y no 22!- cuando jugó en The Dell.

No es de extrañarse que Peter Harrison, entrenador del Blyth, haya mostrado su sorpresa cuando se sentó frente a la TV y vio que el senegalés, que hasta hacía poco jugaba con ellos, debutaba ¡en la Premier League!

Cuando tocó suelo británico, en 1996, probó suerte en el Port Vale, el Gilingham y el Bournemouth, pero ninguno lo aceptó. Fue entonces cuando unos amigos lo invitaron a vivir a Southampton, y ahí surgió la idea de que uno de ellos se hiciese pasar por el primo de Weah.

 
 
DÍGAME, LICENCIADO
 
Tras ser dado de baja por el club, Dia fichó por otro equipo no profesional, el Gateshead FC, donde jugó 8 partidos.

Más tarde, intentó repetir la estrategia que surtió efecto en Souness, pero su rostro ya era fácilmente reconocible por los clubes; así, en 1998, su carrera llegó al fin.

Curiosamente, a pesar de ser un desastre en el campo, resultó ser un aplicado estudiante; tanto así, que en el 2001 se graduó de la licenciatura en economía, en la Universidad de Northumbria, como uno de los mejores de su generación.

Sus conocimientos los aplicaría más tarde en la empresa GO2 Football Representation, donde se convirtió en una especie de promotor.

Con tantos adelantos tecnológicos, hoy en día resulta difícil pensar que un caso así vuelva a presentarse en algún club o liga profesional que se respete.

Lo cierto es que Ali Dia será siempre recordado como el peor jugador que jamás pisó un campo inglés.

 
Mail: san.cadilla@mural.com
Twitter: @SanCadilla
 
 
 
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