No me pregunten por qué, pero los Tigres por fin se asociaron con la extraña necesidad de ganar cualquier partido presente.
El equipo de Ferretti descubrió que la victoria del próximo sábado frente al Querétaro, por ejemplo, es tan conveniente como el llegar a una Final de Copa.
A la mexicanísima afirmación: "ganar la Copa no tiene premio", el futbol sigilosamente respondió con algo de la vieja psicología infantil: "si te portas bien, siempre hay un dulce".
En el caso de los Tigres, de las ocho taquillas en casa que tenían calendarizadas en Liga, gracias a los partidos de Copa casi doblaron la asistencia en el Universitario.
Por desgracia, para el grueso de los clubes mexicanos, los promedios en este resucitado torneo no rebasaron los 5 mil aficionados. Y en apego al análisis de moda, la culpa se la lleva otra vez el sistema de competencia.
Ante este diagnóstico, yo sólo tengo una duda: Si en Ciudad Victoria los Rayados no llevaron a Suazo, "Chelito", Severo, Zavala, "Jona", Estefan, Velarde y demás titulares, ¿la afición tamaulipeca dejó de asistir por el sistema de competencia o por la ausencia de figuras?
La Copa MX, en primerísima instancia, estaba destinada a fracasar desde que los mismos entrenadores optaron por darle poca importancia al evento.
Lejos de sufrir los estragos de un sistema que el país del "American Dream" ideó para que más aficionados se diviertan, el futbol mexicano sigue secuestrado por un obsoleto gremio de entrenadores que ni idea tiene de cómo competir cada tres días. Lo más curioso del asunto es que ellos, al igual que sus jugadores, cobran cantidades independientes al número de partidos jugados.
¿Que no se puede con dos torneos a la vez? ¿Que los jugadores se rompen? ¿Que terminas por no ganar nada? ¿Que los viajes? ¿Que las vacaciones?, etcétera.
Bueno, pues el Atlético de Madrid, del 18 de agosto del 2013 al 25 de mayo del 2014, jugó dos partidos de la Súper Copa de España, 10 de Copa del Rey, 38 de Liga y 13 de Champions para acumular 63 juegos en 280 días, ganando la Liga y perdiendo la final de la Champions.
Real Madrid jugó 60, Barcelona, 59 y Bayern Múnich 58. En México, si un equipo llegara a jugar las dos Finales de Liga y las dos de Copa, sumaria en 10 meses 64 partidos.
El entrenador mexicano, lejos de buscar razones para hacer lo que debe de hacer, busca excusas. Y mientras ellos no agreguen a su reducido vocabulario la palabra "espectáculo", seguirá menguando la calidad de nuestro futbol.
PD: La MLS se expande a 20 equipos para el 2015 y la franquicia Chivas USA, máxima marca mexicana, desaparece.
"Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego". Proverbio árabe.
Lo escrito, escrito está.
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