Dentro y fuera de la cancha, por encima de los que más quieren, suelen salir airosos los que más pueden y los que más saben.
Si en el futbol y en la vida crees que todo es de ganas, pierdes.
La actitud ayuda mucho si las aptitudes existen y se desarrollan al máximo, pero sin éstas de nada sirve aquella.
Hoy y siempre, en el futbol no ganan los que más corren, sino los que mejor se mueven y, sobre todo, los que mejor juegan.
Es indispensable, eso sí, echarle todas las ganas del mundo en el trabajo cotidiano, en los entrenamientos, en la vida diaria siendo futbolista profesional dentro y fuera de la cancha.
Prepararse a conciencia y a tope en el renglón físico, técnico, táctico... y por lo tanto futbolístico.
Porque si la preparación no es la adecuada, de muy poco servirán las simples ganas a la hora del partido.
Si todo consistiera en QUERER, no brillarían tanto los que más PUEDEN, ni serían máximas figuras los que más SABEN.
Ciertamente, ninguno de los tres ingredientes surte el debido efecto sin los otros dos. Entre más quieras y sepas, más podrás; entre más puedas y quieras, más sabrás, y entre más sepas y puedas, seguramente más querrás.
Cuestión de distinguir cuál ingrediente falta, y de trabajar en consecuencia.
Porque no todo es tan simple como "echarle ganas".
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