¿Y los festejos, apá?
Como van las cosas en Cruz Azul, tal parece que la intención de enfrentar en México a un rival de talla internacional para celebrar los 50 años del club en Primera División será como la típica promesa de político.
Y es que a principios de año cuando todo marchaba color de rosa, se habló de ese duelo para festejar a lo grande y ya había quien se frotaba las manos porque presumiblemente el contendiente habría sido el Manchester United o el Real Madrid.
Pero lo único cierto es que hasta el momento ya pasaron nueve meses y allá en La Noria nomás se hacen de la vista gorda cuando les sondean sobre dicho enfrentamiento.
Como va La Máquina, con menos de la mitad de los puntos que tenía a esta altura del torneo anterior, no quedan ganas de pensar en el rival europeo ya que la clasificación en Liga y "Concachampions" pende de un hilo.
Fiesta a medias Vaya lío en el que se metió el pequeño club de fans de Martín Romagnoli por querer festejar los 37 años del volante.
Ayer, antes del mediodía, cuatro señoritas cargadas de globos, pastelitos, gelatinas y pancartas hicieron una guardia especial afuera del Olímpico Universitario en espera del argentino, quien cumplió años el 30 de septiembre, plan que en un origen no debió salir así.
Y es que me dicen que este pequeño club platicó con el cuerpo técnico para plantear la posibilidad de organizar un pequeño festejo con todo el grupo al terminar la práctica, propuesta que no se vio con malos ojos de parte del club.
El problema fue que en un principio el entrenamiento iba a ser en Cancha 2, donde había el espacio para el convivio, pero la sesión se cambió al estadio, lo que echó a perder la fiesta porque las aficionadas no tenían los permisos para ingresar y tuvieron que quedarse afuera con todos los preparativos y bajo el fuerte sol.
Para su fortuna, cuando Romagnoli salió de la práctica, aceptó de buena manera todos los presentes.
Vela 'Pikolín' por su hermano Habría sido tanto el remordimiento por mandarlo al hospital o simplemente el deseo de apoyar a su hermano que Marco Palacios pasó la noche en vela cuidando a su mellizo Alejandro en el nosocomio.
Me enteré que el "Pikolín 1" estuvo al pie de la cama en la que su consanguíneo, y compañero en Pumas, se recuperaba luego del encontronazo entre ambos -codazo accidental del defensa al portero, ¿qué estabas pensando, Marco?- en el duelo del miércoles ante Puebla, del cual los felinos sacaron tres puntos.
Incluso, una vez acabada la práctica de ayer en Ciudad Universitaria, Marco salió rechinando llantas del estadio para llegar lo más rápido al hospital en el que está Alejandro, quien necesitará 10 días para volver a entrenar.
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